El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, destituyó al jefe del servicio de seguridad nacional (SBU) y al fiscal del Estado, citando cientos de casos de supuesta traición y colaboración con Rusia, mientras Moscú parecía dispuesto a intensificar las operaciones militares.
Zelenski explicó que más de 60 responsables del servicio de seguridad y de la fiscalía del Servicio de Seguridad de Ucrania estaban trabajando contra su país en los territorios ocupados por Rusia, y que se habían abierto 651 casos de traición contra miembros de las fuerzas del orden.
La destitución de Ivan Bakanov, jefe del servicio de seguridad, y de la fiscal general Irina Venediktova, que dirigía los esfuerzos para perseguir los crímenes de guerra rusos, y el gran número de casos de traición revelan el enorme desafío de la infiltración rusa mientras Kiev lucha contra Moscú en una lucha por la supervivencia.
«Semejante conjunto de crímenes contra los fundamentos de la seguridad nacional del Estado… plantean cuestiones muy serias a los dirigentes correspondientes», expresó Zelenski. «Cada una de estas preguntas recibirá una respuesta adecuada», agregó el mandatario, informó Reuters.
En su discurso nocturno a la nación, Zelenski señaló la reciente detención por sospecha de traición del antiguo jefe del SBU que supervisaba la región de Crimea, la península anexionada por Rusia en 2014, que Kiev y Occidente siguen considerando tierra ucraniana. «Se han reunido suficientes pruebas para denunciar a esta persona por sospecha de traición. Todas sus actividades delictivas están documentadas», dijo.