El Gobierno del presidente de Chile, Gabriel Boric, dará urgencia a un proyecto de ley que busca reducir gradualmente la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales dentro de los próximos cinco años, una de las promesas de su campaña electoral. El proyecto de ley está en el Congreso desde 2017, pero su discusión había quedado detenida.
Ahora, los legisladores revisarán una serie de indicaciones introducidas por el actual gobierno, como la reducción gradual de la jornada y que ésta también alcance a trabajadores de categorías especiales como conductores del transporte público o empleadas domésticas, entre otros. «Estas mejoras son medios indispensables para acercarnos a un nuevo Chile, que sea más justo», expresó Boric el martes al anunciar la reactivación del proyecto.
El gobierno progresista promovió diálogos con sindicatos y federaciones de trabajadores junto a representantes de pequeñas, medianas y grandes empresas, en momentos que la economía del mayor productor global de cobre se desacelera y enfrenta fuertes presiones inflacionarias tras la rápida recuperación postpandemia.
Una asociación de grandes empresas junto a algunas agrupaciones sindicales, por ejemplo, plantearon al gobierno a inicios de mes que la reducción de la jornada y el aumento de los costos para las empresas no afecte la productividad, insistiendo en la gradualidad del proceso, informó Reuters.
El gobierno estima que unos cuatro millones de trabajadores se favorecerán con la ley, en un país con una masa laboral de unos 8,5 millones de personas, cuya tasa de ocupación bordea el 53% y donde el trabajo informal alcanza el 27%, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La reducción de la jornada laboral está en discusión en varios países. Se trata de una tendencia que está en alza en diferentes partes del mundo. En muchos de ellos, los resultados de productividad de los empleados parecen mostrar los beneficios de esa estrategia.