Varias ciudades de China afectadas por el coronavirus, desde el este al oeste del país, impusieron este jueves nuevas restricciones y confinamientos a su población para contener los brotes que amenazan de nuevo con perturbar la economía nacional.
La reducción de los movimientos necesarios de la población durante unos días —un tipo de confinamiento más suave— en cuanto surgen docenas de nuevos casos es una práctica clave de la estrategia china de «covid cero dinámico». El objetivo es evitar que los esfuerzos por detener un brote se conviertan en las pesadillas prolongadas que se vieron en Shanghái y Wuhan.
La incertidumbre sobre la duración de estos pequeños confinamientos, ya que la alta transmisibilidad de la variante Ómicron dificulta la eliminación de las infecciones, ha afectado a la confianza de las empresas y ha hecho que la gente esté menos dispuesta a viajar.
Los 1,9 millones de habitantes de Yiwu se unieron a otros millones de personas en varias ciudades tienen movimientos restringidos en gran medida a sus recintos residenciales, a menos que tendrán que salir para asuntos como pruebas de coronavirus, compras de alimentos o visitas al hospital, informó Reuters.
En la región occidental china de Xinjiang, tres ciudades de la zona de Aksu permitieron a partir de este jueves que los empleados salieran de sus casas para trabajar, mientras que restringieron a todos los demás a los desplazamientos necesarios únicamente. No está claro cuándo se levantarán las medidas. Los brotes en Hainan y Tíbet continuaron expandiéndose, con ciudades afectadas bajo confinamiento.
La Comisión Nacional de Salud informó este jueves que se habían registrado 1.993 nuevos casos de coronavirus de transmisión interna, 614 sintomáticos y 1.379 asintomáticos. No hubo nuevas muertes, por lo que el número de víctimas mortales se mantuvo en 5.226. China ha confirmado 232.809 casos con síntomas hasta el 10 de agosto, incluyendo los transmitidos localmente y los que se producen entre los recién llegados.
