El único acusado por el crimen del kiosquero Roberto Sabo en noviembre de 2021 en la localidad bonaerense de Ramos Mejía declaró hoy en el arranque del juicio. En el comienzo, Leandro Daniel Suárez, de 29 años, aseguró ante el Tribunal Oral en lo Criminal 2 de La Matanza que se le «escapó» el tiro tras un forcejeo y que no quiso matarlo.
Suárez, según planteó NA, llegó al juicio acusado por el delito de «robo agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor de edad, homicidio criminis causae, portación y tenencia ilegal de arma, robo agravado y hurto agravado, todos en concurso real entre sí». La familia de Sabo, junto con los abogados Humberto Próspero y Fernando Burlando, pidieron que se lo condene a perpetua.
Presente y futuro del juicio
La primera audiencia del debate continuó con el testimonio del remisero que llevó hasta el kiosco a Suárez y a una joven de 15 años que lo acompañaba. Aunque estuvo en la escena del crimen, fue declarada inimputable por la edad. En un primer momento se creyó que se trataba de un cómplice, lo cual luego se descartó, pero quedó alojada en un instituto de menores.
Está previsto que el juicio se desarrolle en tres audiencias. Según las fuentes judiciales, el fiscal Sergio Alejandro Antín ofrecerá filmaciones y los elementos que les fueron secuestrados a los agresores. Además, leerá el testimonio de 47 testigos y ofrecerá 26 elementos de prueba, entre ellos, planos, informes de autopsia, fotos de la escena del crimen, entre otros.
El crimen que enfureció a todo Ramos Mejía
Sabo fue asesinado de cuatro disparos noviembre de 2021 en una de las principales avenidas de la localidad. Según la reconstrucción del hecho, el acusado se bajó de un remis junto a una joven de 15 años, entró al local con una pistola semiautomática 7,65 milímetros y un revólver calibre 22. Sin mediar palabra, le robó 10 mil pesos y le dio cuatro disparos a quemarropa le causaron la muerte.
Tras cometer el crimen, le robaron el vehículo al remisero con el que fueron hasta Ramos Mejía, pero a los pocos metros chocaron y decidieron entrar a un supermercado para esconderse. Luego se llevaron la moto de un repartidor, pero la Policía Bonaerense ya había sido alertada de lo sucedido y minutos después fueron detenidos en plena vía pública.
Los familiares de Sabo realizaron diversas protestas para exigir justicia, así como también vecinos de Ramos Mejía, mientras que los hijos del kiosquero señalaron que querían irse del país porque estaban «cansados» de vivir de esta manera. Cabe destacar que el acusado había cumplido una condena de 6 años en una cárcel federal por robos. El caso es bastante recordado porque desencadenó una larga serie de protestas contra el intendente Fernando Espinoza, que derivó incluso en una pueblada.