Año a año, los políticos de la Argentina deben presentar una declaración jurada con los bienes a su nombre y dinero en efectivo para constatar que no hay fraudes al Estado ni enriquecimiento ilícito. Esta práctica es constante en nuestro país y, por lo general, los casos de Cristina Kirchner y sus hijos son siempre seguidos de cerca a raíz de las denuncias que hay en su contra por la administración de los fondos.
En este caso se presentaron ante la Oficina Anticorrupción y la vicepresidente informó un patrimonio de $48.608.385. Este monto representa un 195% más que lo declarado en 2020, cuando en términos nominales tenía $16.463.095 aunque teniendo en cuenta la inflación del 50,9% que hubo el año pasado, el aumento real fue del 96%.
Un interesante detalle a tener en cuenta es que la exmandataria declaró casi un tercio de su dinero en el banco y todo en pesos argentinos mientras que lo restante se debe a una mayor valuación de los derechos que recibió por herencia de Néstor Kirchner tras su fallecimiento. Esto quiere decir que no tiene ni propiedades ni automóviles a su nombre.
Por ejemplo, los hoteles en el sur están bajo la firma de una empresa y su residencia en Recoleta tampoco lleva su nombre en las escrituras. En cuanto a la movilidad, Cristina Kirchner frecuenta los coches oficiales que son propiedad del Estado. Durante los últimos años, este fue un fenómeno bastante frecuente en la líder del Frente de Todos que pasó todo a nombre de sus hijos.
El cambio de Cristina Kirchner
Desde 2016 que el patrimonio declarado por la vicepresidente se redujo. Esto es a raíz de que donó gran parte de sus bienes y acciones de las empresas que corresponden a su familia a sus hijos Máximo y Florencia. Sin embargo, las variaciones en la moneda nacional hicieron que en términos reales su declaración jurada sume números aunque no así en términos reales ya que sus bienes son similares a los del ejercicio 2020.