(Por Matilde Serra).- Agustín Perassi es el exministro de gobierno de Gerardo Morales en Jujuy. Fue eyectado de su cargo luego de atreverse a pedir más protagonismo para la “pata peronista” del Frente Cambia Jujuy, que lidera el gobernador. Luego de haber dejado su cargo, Perassi denunció a viva voz algo que en Jujuy se sabía, pero todos callaban: la alianza Gerardo Morales – Frente de Todos. Un acuerdo, que por más que lo nieguen, está plasmado en fotos y documentos oficiales.
Pero en este mundo del quid pro quo nada es gratis menos mantener al Partido Justicialista contenido, para que Gerardo Morales pueda hacer y deshacer a su antojo. El encargado de domar a las fieras pejotistas es el diputado provincial Rubén Rivarola, un prolífico empresario que vio su fortuna reproducirse más rápido con la llega del actual gobernador al poder. El legislador es el Presidente del PJ, pero un aliado incondicional del mandatario jujeño, claro, todo esto a cambio de una jugosa recompensa.
Rivarola es socio o propietario de las empresas LIMSA, El Tribuno de Jujuy, Transporte TRAME, la constructora ECCI SRL y la empresa de salud, Mater Noa, propietaria de un reconocido sanatorio local. Es información pública. El diputado no la desmiente. Se puede encontrar su nombre y el de sus hijos en la constitución de cada una de ellas en el Boletín Oficial. La pregunta que todos nos hacemos es si no está prohibido que un diputado nacional, en este caso dos porque su hijo, socio en las empresas, también es diputado, pueden recibir concesiones estatales o ganar licitaciones.
La respuesta a esa pregunta la encontramos en la Constitución Provincial, en su artículo 64 que expresa claramente: “Queda prohibido a todo agente público recibir directa o indirectamente beneficios originados en contratos, concesiones, franquicias o adjudicaciones, celebrados u otorgados por el Estado. Tampoco podrán prestar servicios remunerados o no, asociarse, administrar, asesorar, patrocinar o representar a personas físicas o jurídicas que gestionen o exploten concesiones o privilegios, o que sean proveedores o contratistas de la administración del Estado”. Es decir, la carta magna jujeña prohíbe que los Rivarola reciban dinero del Estado.
Pero, hasta ahora, todo es perorata si no aparecen los indicios primero y las pruebas luego. Empecemos por indicios clarísimos de la alianza Frente de Todos – Gerardo Morales. El 29 de junio Alberto Fernández clausuró su agenda para ir a visitar a Milagro Sala, lo normal sería que el presidente del PJ local lo acompañe en su cruzada. Eso no ocurrió, Rubén Rivarola no lo acompañó a la clínica. Pero sí acompañó, una semana después, a Gerardo Morales y a Facundo Manes la inauguración de una escuela.
Las pruebas de la alianza política están a la vista. Para encontrar las de la alianza económica hay que buscar un poco más, pero para muestra sobra un botón. Mater Noa, la empresa que tiene como socio gerente a Ernesto Rivarola, diputado e hijo de Rubén, durante la pandemia tuvo una contratación directa por casi 58 millones de pesos y una ampliación de esta contratación por 12 millones de pesos más. Estas son algunas de las tantas contrataciones.