Graciela Ocaña puso en duda el apoyo que recibió Cristina Kirchner en las inmediaciones de su domicilio, en Recoleta. La diputada opositora aclaró, en primer lugar, que «los juicios se dirimen en Tribunales y no en las calles«. Sin embargo descreyó que haya sido sincera la movilización en el barrio porteño que vive la vicepresidenta. La legisladora se preguntó cuántos son empleados estatales.
En Radio Rivadavia la diputada del PRO criticó al grupo de fieles a la vicepresidenta que se quedó durante toda la semana en Uruguay y Juncal, frente al departamento de la exmandataria. Ocaña rechazó esa demostración de apoyo. La legisladora sostuvo que lo hicieron por interés ya que los presentes, en buena parte, tienen empleos estatales.
«Quisiera saber cuántos de todos los que están ahí son empleados públicos en cualquier de los organismos que La Cámpora maneja», aseveró la dirigente opositora. Por otra parte rechazó la manera de pedir justicia por parte de los manifestantes. Aseguró que no es el camino para discutir cuestiones judiciales.
En ese sentido Graciela Ocaña no dudó en afirmar: «Los juicios no se dirimen en las calles, sino en los Tribunales. La energía de Cristina debería estar puesta en analizar las pruebas y rebatirlas, algo que no ha hecho hasta el momento«. Por eso el Gobierno de la Ciudad decidió poner vallas en la zona y evitar cualquier tipo de desmanes y, al mismo tiempo, organizar el tránsito.
Por último explicó por qué se tomó la decisión de hacerle un juicio político a Alberto Fernández tras comparar al fiscal Diego Luciani con la muerte de Alberto Nisman en un programa de televisión: «Con sus declaraciones y su velada amenaza, sus opiniones sobre el expediente judicial, ha traspasado los límites que la Constitución establece. Correspondía que hiciéramos una acción política», sentenció.