La densa humareda provocada por los incendios en el Delta del Paraná se transformó en una triste postal para Rosario y hasta para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), adonde llegó con un insoportable olor en la tarde viernes. Pero, además, las columnas grises también se divisaron desde el espacio. Así se puede observar en una imagen satelital capturada por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, por sus siglas en inglés.
Se trata de una foto obtenida a través de la plataforma WorldView del prestigioso organismo espacial de Estados Unidos. La misma data del pasado 19 de agosto y da cuenta de la magnitud del humo originado por los reiterados focos ígneos, principalmente en territorio de la provincia de Entre Ríos. Mientras los rosarinos pueden ver a diario las llamas y el humo desde su orilla, en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense conmocionó la llegada de la nube de cenizas.
Qué sugiere el SMN ante el humo y cómo se afecta a la salud
Ante esta situación, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) recomendó a la población “evitar actividades al aire libre, proteger las vías respiratorias y oculares, conducir despacio, mantener la distancia y utilizar luces bajas; además de informarse por autoridades”. La quema de pastizales constituye un daño irreparable al medio ambiente, aunque también un aumento en los accidentes viales e importantes consecuencias en la salud de los habitantes alérgicos y no alérgicos.
Según la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, “las partículas producidas por el polvo de las cenizas ocasionan alteraciones respiratorias tanto a nivel respiratorio superior (estornudos, irritación ocular, congestión nasal), como síntomas respiratorios Inferiores (tos, falta de aire, silbido en el pecho)”. Asimismo, “producen exacerbaciones del asma, de enfermedades alérgicas y EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)”, publicó NA.
“También produce aumento de procesos infecciosos como sinusitis y neumonía”, agregó la entidad médica. Por último, indicó que “hay partículas sólidas y líquidas, como el polvo o las cenizas, que el diámetro es menor a 10 micras pudiendo llegar a los alveolos pulmonares donde se realiza el intercambio gaseoso pudiendo posteriormente estas sustancias pasar a la sangre y traer efectos secundarios en otros órganos”.