En las últimas horas, se viralizó en las redes sociales un polémico mensaje grabado de la referente social Milagro Sala. Dirigiéndose “a los compañeros de la agrupación Aires”, la líder de la Organización Barrial Túpac Amaru llamó a “salir a la calle” para defender a Cristina Kirchner, tras la semana de alegatos en contra de la vicepresidenta, en el marco del juicio por la obra pública, caso conocido también como “Causa Vialidad”.
“A todos los jóvenes necesitamos que militen porque nuestra Argentina hoy necesita que muchos de ustedes se hagan cargo de la batalla de la resistencia, indicó Sala en el video. En esta línea, alentó a acompañar la lucha, ya que –remarcó– “son el futuro del país”. “A seguir militando, a seguir resistiendo”, arengó la líder jujeña, ya recuperada de una trombosis venosa, causa por la que estuvo varias semanas del mes anterior internada.
En el registro fílmico que trascendió en las redes, Sala mencionó: “Muchos dicen ‘Amamos a Cristina’, ‘Queremos a Cristina’, ‘La derecha o el Poder Judicial ya avanzó y si meten presa a Cristina hay que salir a la calle’”. En contraposición, sostuvo: “Yo creo que hoy hay que salir a la calle a defender a Cristina para que la derecha pare un poquito la mano. Si nosotros no salimos hoy a defenderla, seguro que en un futuro la vamos a tener presa”, aseveró.
“No esperemos que Cristina esté presa o la pongan en un banquillo”, insistió la jujeña. Y puntualizó: “Antes que eso, hay que salir a defenderla. Aunque la ‘jefa’ diga que no, hay que salir a la calle igual. Y así lo han hecho muchos compañeros nuestros en la época de Perón y Evita. Ellos decían que no hay que salir, pero todo el pueblo salió igual a defenderlos a ellos”, contempló.
Por último, afirmó que “defender a Cristina significa defender a la democracia, poner un parate al partido político, que hoy hay un partido político de la derecha, el Poder Judicial”. “Viva Perón, lucha y resistencia”, concluyó Sala el video, que dura poco más de un minuto y medio, y que generó gran revuelo en las redes sociales. El mismo llegó luego de una semana complicada por las acusaciones del fiscal federal Diego Luciani por supuesta asociación ilícita en la obra pública de Santa Cruz.
El fiscal también involucró a Máximo Kirchner
En el marco de los alegatos del juicio, el fiscal Luciani subrayó que por entonces el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, Máximo Kirchner, “no tenía ningún cargo público”. Pese a ello, el funcionario judicial lo involucró en el caso y mostró pruebas contundentes contra el actual diputado nacional por el Frente de Todos.
Se trata de una serie de mensajes de WhatsApp extraídos del teléfono del exsecretario de Obras Públicas José López (el de los bolsos) que consignaban un interés de Máximo en una obra de construcción de 100 calles. Los diálogos eran entre López y el exdiputado santacruceño Marías Bezi, amigo personal de Kirchner, y también con el entonces funcionario del Ministerio de Planificación Abel Fatala, otro de los imputados en la causa.
En uno de esos diálogos, López le hace saber a Bezi sobre el avance de distintas obras en Santa Cruz y Fatala afirmó que Máximo Kirchner “recorría las obras y pedía información sobre ellas”. No aparecen en la documentación exhibida intervenciones de Máximo Kirchner, no obstante lo cual para el fiscal “es más que claro que tenía conocimiento de lo que pasaba en Santa Cruz”.
“Máximo Kirchner recorría las obras junto con una persona de su estrecha confianza, Matías Bezi. Cuando los imputados esgrimen que no sabían lo que pasaba en Santa Cruz no es cierto, ellos manejaban todas las licitaciones”, embistió el fiscal. La afirmación pareció anticipar que Luciani pedirá que se investigue al diputado Kirchner por una supuesta “coordinación” con el resto de los imputados.
“La orden de realizar esta licitación y el apuro por las cien cuadras emanaban de los más altos cargos del Poder Ejecutivo y en esta obra aparecen como intermediarios el hijo de la Presidenta y José López”, aseveró el fiscal. La licitación en cuestión, según Luciani, fue por “25 millones de dólares para hacer cien cuadras” y la obra fue adjudicada a la empresa Kank y Costilla, que dijo que estaba bajo control de Lázaro Báez.