Las familias de las víctimas de la tragedia de Rosario ocurrida en 2013 se congregaron nuevamente para reclamar justicia, a 9 años de la explosión que mató a 22 personas, dejó a otras 62 heridas y causó destrozos en 238 inmuebles. A pesar de la magnitud del hecho, la Justicia de Santa Fe solo condenó al último profesional matriculado que intervino en el cambio del regulador.
Acto en la ciudad de Rosario
Este sábado, alrededor de las 8.45, un grupo de familiares y amigos de las víctimas de la explosión del edificio que estaba ubicado en la calle Salta 2141 salieron junto a Bomberos de Rosario desde el Monumento de la Bandera en un «trote simbólico». Participaron, según NA, 22 corredores y 22 bomberos de distintos destacamentos, en representación de las víctimas de la tragedia, hasta llegar a las 9.30, el momento exacto en el que se produjo la explosión el 6 de agosto de 2013.
Allí se desarrolló el acto central que se inició con la actuación de un grupo de tango y coro de la comunidad educativa del Instituto Carlos Guastavino y que, después de que arribaron los corredores, a las 9.38, hora exacta en la que se produjo el estallido, sonaron las sirenas de los bomberos. En declaraciones radiales, Néstor Ferlatti, uno de los sobrevivientes de la tragedia, destacó la importancia de sostener el reclamo de justicia: «Volvemos a decir presentes para que esto no se olvide en el lugar donde 22 vidas quedaron truncadas por una negligencia profesional».
Reclamos a la Justicia
El hombre perdió a su suegro en la explosión e insistió con la necesidad de mantener en la memoria de la sociedad lo ocurrido ese 6 de agosto. «No se olviden de la tragedia, recuerden que hubo negligencia profesional, falta de controles y a partir de esto pasó lo que pasó. Acá no hubo algo de casualidad, hubo negligencia que la Justicia no vio y hoy en día no tenemos culpables de semejante tragedia en la segunda ciudad del país», sostuvo.
También Marcela Nissoria, presidenta de la Asociación Civil Salta 2141, y familiar de otra de las personas fallecidas, señaló: «En la Justicia nos preparamos para el mejor examen, de la mejor manera y nos bocharon». Destacó la labor de la fallecida fiscal Graciela Argüelles, quien impulsó la investigación judicial de la tragedia y las acusaciones.
Por el hecho sólo fue condenado a cuatro años de prisión el gasista Carlos Osvaldo García, quien hizo el último arreglo, pero no fue a prisión. Además, habían sido llevados a juicio 11 personas, entre los que se encontraban los responsables del consorcio del edificio, gasistas que hicieron trabajos en la torre y distintas autoridades de Litoral Gas.
Tragedia evitable
La tragedia pudo haberse evitado, ya que el regulador, según los denunciantes, no estaba en condiciones por ser antiguo. “Un mes antes empezó la tragedia. Mi hermana Débora Gianángelo se atrasó en pagar una factura de gas y nos sacaron el medidor del 3 C. Un matriculado vino y nos dijo ‘como está esto, va a volar todo a la mierda’”, rememoró su hermano, también querellante en la causa.
El 24 de julio, Mariela Bozo llamó a Litoral Gas para reclamar la falta de presión en el suministro. Pese a que concurrieron gasistas e inspectores para solucionar la falla, ninguno de ellos solucionó el problema. Tanto por la maniobra «clandestina» del gasista como por los desperfectos en las cañerías, se originó una de las mayores catástrofes de la ciudad.