Alberto Fernández publicó este jueves una carta abierta en el portal de Casa Rosada para desmentir la triplicación de su patrimonio. El escrito fue redactado a raíz de una nota del medio «La Nación», basado en informes de la Oficina Anticorrupción (OA). Allí, detallaron que su declaración jurada anual escaló un 212%, por lo que sus bienes pasaron a ser de $5,7 millones a $17.833.320. También se publicaron deudas de sus cuentas bancarias, gastos y el patrimonio de otros funcionarios del Gobierno nacional.
La nota incentivó al presidente a instruir al periodismo argentino sobre la importancia de informar correctamente. «En 1998, Tomás Eloy Martínez escribió un formidable Decálogo del Periodista. Diez reglas que, de cumplirse cabalmente, ennoblecerían la labor de quien informa. El séptimo mandamiento de ese decálogo reza que todo periodista debe ‘evitar el riesgo de servir como vehículo de los intereses de grupos públicos o privados'», reza el primer párrafo.
Alberto Fernández: «Soy un profesional de la clase media»
Posteriormente, hizo alusión a su vida privada y a cómo siempre fue un «profesional de la clase media» que nunca tuvo una vida de grandes lujos. «Nunca me canso de decir que soy, en esencia, un profesional de la clase media. He sido criado en una familia en la que el padre era un juez que al tiempo de ser cesanteado en agosto de 1976 por quienes asaltaron el poder de la república, vivía en una casa alquilada en Villa el Parque y poseía un automóvil Cadillac modelo 1949. En el barrio, no era ‘el hijo de la familia acaudalada’. Era simplemente ‘el hijo del juez’ y ese era mi mayor orgullo», expresó.
Luego, habló sobre su crecimiento personal como un hombre adulto. «Crecí, recibí educación pública, me gradué en abogacía, construí una familia, pude comprar una casa en la que maduró mi hijo mayor, me asocié en la compra de una oficina y pude disfrutar de tener siempre un auto estándar de fabricación nacional. Cosas que ocurren en la clase media argentina«, detalló.
Su patrimonio como presidente de la Nación
«Con esos bienes accedí a la Presidencia de la Nación. Son exactamente los mismos bienes que hoy tengo. Nada se incrementó en mi patrimonio«, sentenció Alberto Fernández. Por otro lado, justificó que fue lo que cambió en sus cuentas bancarias «Solo el efecto de los revalúos dispuestos por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y por la Administración Federal de Impuestos han determinado que esos valores crezcan tanto como las autoridades han ordenado».
Incluso el jefe de Estado trajo a colación a su padre para desmentir la noticia. «Por el respeto que me genera la memoria de mi padre, he hecho de mi honestidad un valor supremo. Pongo todo mi empeño para que en mi gobierno la transparencia de la gestión no se empañe por la inconducta de un funcionario. Por eso duele semejante manipulación de la realidad.
Sobre los bienes de Cristina Kirchner
Alberto Fernández también dedicó un espacio de su carta para hablar de Cristina Kirchner, quien también fue señalada por, supuestamente, aumentar un 96% su patrimonio. «Debo confesar que también llamó mi atención la mención que el mismo diario hizo en la misma nota a Cristina Kirchner, atribuyéndole haber triplicado su patrimonio».
Así, aprovechó para exponer su situación judicial, que le han imposibilitado a acceder a sus propios bienes «Semejante conclusión se vuelve absurda a poco que se repare en que, en virtud de las inhibiciones de bienes dispuestas en los diversos procesos al que se ha visto sometida en los últimos años, su capacidad de disposición patrimonial ha quedado acotada tan solo al manejo de sus ingresos previsionales», planteó.
El periodismo argentino que repudia Alberto Fernández
Por último, volvió a repudiar al medio. Dichos “medios y sus periodistas -escribe Caparrós- condenan a esos colegas que llaman activistas porque muestran ‘una ideología’. Así postulan que lo que ellos despliegan no es ideología: defender la economía de mercado y la propiedad privada y la delegación del poder no lo es». De esta manera, concluyó: «Periodismo Gillette a juicio de Caparros. Manipulación de la verdad a mi juicio. Otra muestra de la decrepitud que exhibe altivo parte del periodismo argentino«.