La temporada de incendios forestales en Bolivia ya arrasó con casi un millón de hectáreas. El peligro de que se extiendan persiste en algunas zonas boscosas y agropecuarias que están en el este del país vecino. Los servicios de emergencia, bomberos y militares están frente a más de 500 focos de fuego detectados por imágenes satelitales.
Pero según los cálculos de la secretaría de Defensa Civil boliviana, los incendios declarados activos son apenas son cerca de veinte. El reporte preliminar destaca que los focos de fuego afectaron en un 80% a zonas de pastizales y arbustos pequeños, principalmente por la sequía y el uso del fuego que hacen los agricultores para limpiar las tierras de cultivos.
«Nuestra meta de esta gestión es evitar que la cifra afectada llegue a los 1,5 millones (de hectáreas)», declaró el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes. «Comparados con los más de 5 millones de hectáreas del 2019 se ve una reducción significativa», añadió.
El gobierno aseguró que se incrementaron los esfuerzos para prevenir la quema de zonas boscosas, como la reserva del Aguaragüe, una zona de mucha riqueza en fauna y flora que limita con Argentina. «Para combatir las llamas se unieron los bomberos bolivianos y argentinos, porque el fuego vino del vecino país y traspasó la frontera hasta llegar a Bolivia», indicó el alcalde de Yacuiba, Carlos Brú, informó Reuters.
«Nos duele ver el incendio en nuestro cerro, pues la flora y la fauna se ha visto afectada», expresó el funcionario. Agregó además que «la paraba verde, los loros, los monos y los tucanes y otras variedades de animales que habitan por este lugar han sido afectadas».