El ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, declaró ante la ONU que las regiones de Ucrania, en las que se están celebrando referendos ampliamente criticados, recibirían la «plena protección» de Rusia si se anexan a Moscú. El Parlamento ruso podría formalizar la unión en los próximos días.
Al incorporar a Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia a su territorio, Moscú podría presentar los ataques para retomarlas como una avanzada a la propia Rusia. Las anexiones rusas aumentan el riesgo de un enfrentamiento militar directo entre Rusia y la OTAN, ya que las tropas ucranianas están utilizando armas occidentales, informó NA.
En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, Lavrov trató de justificar la invasión rusa a su vecino. El canciller repitió las afirmaciones de Moscú de que «el Gobierno elegido en Kiev se había instalado de forma ilegítima» y «estaba lleno de neonazis». Casi tres cuartas partes de los Estados de la asamblea votaron para reprender a Rusia y exigirle que retire sus tropas.
Cuando se le preguntó si Rusia tendría motivos para usar armas nucleares para defender las regiones anexadas, Lavrov contesto que el territorio ruso, incluido el territorio «consagrado» en la Constitución de Rusia en el futuro, «está bajo la plena protección del Estado».
El territorio controlado por las fuerzas rusas en estas cuatro regiones representa alrededor del 15% del territorio ucraniano. Añadiendo Crimea, que Rusia se anexó en 2014, Rusia habría ganado un área del tamaño del estado estadounidense de Pensilvania.
Sin embargo, Rusia no controla totalmente ninguna de las cuatro regiones, ya que solo alrededor del 60% de la región de Donetsk está controlada por fuerzas rusas o respaldadas por ellas. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, manifestó el domingo que su país «recuperaría todo el territorio que Rusia había tomado».
