Hace algunos días, la noticia de la muerte de Rodolfo Bebán conmocionó al mundo del espectáculo. El reconocido actor falleció a los 84 años. Ahora, quien se encargó de recordarlo fue su exesposa, Claudia Lapacó, con quien tuvo dos hijos en común, y la que decidió hablar de él de la mejor manera, a pesar de los conflictos que mantuvieron en el pasado.
“Falleció hace unos días y lo lamento profundamente. Es lo que le tenía que pasar porque él no estaba bien, ¿y para qué iba a seguir acá? Estaba en su casa, no estaba internado en un geriátrico como dijeron por todos lados. No, no, no. Estuvo unos meses en un geriátrico y ahí estaba fenómeno y quiso volver a su casa. Inmediatamente, mis hijos lo llevaron otra vez a su departamento”, sostuvo desmintiendo algunas versiones en diálogo con “Detrás de Escena”.
“La consciencia la tenía. Lo que pasa es que ya cuando hicimos la obra juntos, le había empezado el Parkinson y se cuidaba mucho de sostenerse la mano y no se le veía nada en el escenario. Después fue progresando desgraciadamente la enfermedad. Mis hijos lo sufrieron mucho y es muy doloroso, pero entienden que es lo mejor que le podía pasar porque ya no estaba bien él. Es un horror seguir viviendo así porque ya no sos vos. Lo lamento tanto y le deseo lo mejor. La noticia de su muerte me la dio uno de mis hijos, que me llamó en ese momento”, aclaró.
Delante de los oyentes del ciclo que conduce Daniel Ambrosino, dio más detalles. “Necesitaban un papel que yo tenía y vinieron a casa ellos dos con el hijo mayor de Gabriela Gilli y Rodolfo, Facundo. Facu vive en San Martín de los Andes y María Daniela en Mendoza, así que se vinieron volando. A Facundo lo pude abrazar, es muy divino, fue todo muy fuerte”, reveló la actriz.
Al ser consultada sobre si lo perdonó por las cuestiones del pasado, se mostró contudente. “Cuando estábamos casados entendí que no podía estar con alguien que no quería estar conmigo. No tengo por qué perdonarlo o no; nunca lo culpé. Yo no podía seguir con él después de descubrir el tipo de vida que tenía. No era lo que esperaba para mí. Ese primer verano, estaba trabajando en Mar del Plata, en el Provincial, y él me mandó a Eduardo Rudy a decirme que quería volver. ¡No, pero no! Yo no iba a volver porque sabía que él no iba a cambiar”, lanzó.
«Él hizo lo que pudo, seguramente no podía hacer otra cosa y las mujeres lo atraían. Seguramente no pudo manejarlo, pero yo no quería esa vida para mí. Lloré todo lo que tenía que llorar, pero no me daba cuenta porque él tenía una actitud muy seria, mamá vivía con nosotros y no me daba cuenta. Fui muy fuerte y por eso no dudé. Le dije: ´Hoy te vas y te vas´. Así fue y el día que le dije que se fuera, terminó nuestra historia, nuestro matrimonio. Pero nunca le guardé rencor ni nada, es el padre de mis hijos. Cada cual hace lo que puede y siente y como él sintió que tenía que hacer esa vida, lo dejé y hasta ahí llegué», sentenció.