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POLÍTICA

Cuando Juan Domingo Perón quiso comprar las Islas Malvinas a Isabell II

Una operación que antecedió por varios años al conflicto bélico y que quedó trunca debido a la negativa británica.

Reina Isabel II

La muerte de la Reina Isabel II de Reino Unido trajo el recuerdo de un hecho que antecedió por varios años a la Guerra de Malvinas. Se trata del intento que hizo a mediados de 1953 el entonces presidente argentino Juan Domingo Perón de comprar las islas, ocupadas por el reinado británico desde 1833. La propuesta no la llevó el histórico líder del Partido Justicialista, sino su vicepresidente, Alberto Teisaire.

Todo ocurrió el mismo día en que Isabel II asumió al frente del Trono, el 2 de junio de 1953. El vicepresidente Teisaire, contraalmirante mendocino, viajó a territorio británico con el título de embajador extraordinario y plenipotenciario. Su misión era representar a la Argentina en la ceremonia de coronación de la flamante monarca, quien se aprestaba a reemplazar en el trono a su fallecido padre, Jorge VI.

Aquel martes, Teisaire estuvo ubicado en uno de los palcos tapizados de azul del coro de la Abadía de Westminster, lugar en que estuvieron los representantes extranjeros. “La Argentina quiso honrar doblemente a Gran Bretaña, enviándole a la personalidad que sustituye al presidente Perón cuando éste se halla ausente y que es, al mismo tiempo, en eminente representante de aquella de las tres armas que cuenta con la predilección británica”, publicó al día siguiente el diario Clarín según un cable de AFP.

La “misión especial” de Teisaire no se limitó a representar al país en la coronación Isabel II, sino que también tuvo la finalidad de formalizar una propuesta de Perón para recuperar las Islas Malvinas. Durante un encuentro privado en el Park Lane Hotel, el vicepresidente informó al entonces subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos, lord Reading (Gerald Rufus Isaacs), sobre la intención de la Casa Rosada de comprar el archipiélago.

Según documentos oficiales británicos desclasificados en enero de 1984, el mendocino manifestó que el Gobierno “deseaba que las relaciones económicas anglo-argentinas se establecieran sobre una base firme, y que su propuesta era que, como parte de algún arreglo a largo plazo, Gran Bretaña debería renunciar a todos los derechos y reclamaciones sobre las Islas Malvinas”.

Aunque no se ofreció una cifra específica –según El País de España–, el funcionario del Reino Unido rechazó la propuesta. Justificó la negativa al señalar que “los habitantes de las Islas Malvinas eran británicos, y si se celebraba un plebiscito votarían prácticamente por unanimidad para permanecer bajo la bandera británica”. En el documento se agregó, entre paréntesis, que “el almirante estuvo de acuerdo en que probablemente era cierto”.

También quedó registrado en esos informes desclasificados que lord Reading le dijo a Teisaire que “era inconcebible que cualquier Gobierno británico considerara la venta de las islas”. “Si lo hicieran, se produciría de inmediato un tremendo clamor popular y el Gobierno ciertamente sería derrocado”, analizó en aquella reunión privada el subsecretario de Exteriores británico con responsabilidad sobre los asuntos latinoamericanos.