El kirchnerismo hoy prepara documentos en contra del odio, sin embargo, en otros años (2011) preparaban actos políticos para escrachar a opositores con espectáculos poco democráticos. La izquierda también formó parte de la temática propuesta por la asociación La Poderosa en 2011 cuando presentaron afiches con fotos de Mirtha Legrand, Franco Macri, periodistas y empresarios para que los chicos y grandes pudieran escupirlas y descargar su bronca.
«Escupí tu bronca», decían los carteles apostados cerca del Congreso en el 2011, mientras niños adoctrinados respondían con grandes escupitajos interminables. El acto se había dado en el 24 de marzo, donde una gran cantidad de fotos de personalidades opositoras al kirchnerismo y la izquierda se distribuían a lo largo de la Avenida de Mayo. Las imágenes rápidamente se viralizaron en las redes sociales como Twitter.
Lo más llamativo es que cada imagen que recibía los escupitajos era una personalidad famosa con el gorro de las Fuerzas Armadas aludiendo a que las figuras mediáticas estaban en favor de la última dictadura militar y la proscripción del peronismo y la izquierda. Los periodistas más elegidos eran Mariano Grondona, Chiche Gelblung, Morales Solá y muchos otros particularmente de grandes medios como La Nación y Clarín.
El acto violento de los niños estaban avalados bajo la mirada complaciente, aprobatoria y festiva de varios adultos que no ocultaban su alegría en ningún momento. El atentado contra Cristina Kirchner que sucedió el jueves pasado despertó la reflexión en todo el arco político sobre el efecto negativo que puede generar ciertos discursos políticos sobre la población. Sin embargo, el progresismo y el peronismo no está libre de pecado.
Victoria Donda escupiendo a un jubilado
La actual titular del INADI, Victoria Donda, también participó de un acto violento hace varios años donde fue filmada mientras escupía a una persona mayor. También fue fotografiada al lado de un cartel con la cara del expresidente, Mauricio Macri, incrustada sobre la silueta de un cartón que representaba un gato. La violencia política no tiene límites.