El fallecimiento de la Reina Isabel II generó conmoción a nivel mundial y los principales líderes de cada país han enviado sus condolencias. Sin embargo, ahora comienza un extenso proceso en Reino Unido para que Carlos III llegue al trono en lugar de su madre. A pesar de ello en el trono hay un profundo problema respecto a los herederos y sus roles.
El caso más destacado es el del Príncipe Harry, uno de los nietos de la exmonarca que se separó de la realeza al casarse con Meghan Markle. Al parecer, según informó NA, la reina habría desheredado a ambos junto a sus hijos, Lilibet y Archie. Este es el nuevo escándalo que hay en Inglaterra que en medio de la ceremonía de traspaso genera incertidumbre.
La relación entre la Reina Isabel II y su nieto Harry comenzó a deteriorarse cuando el príncipe presentó a su actual esposa. Eso no estuvo bien visto poa la realeza que se alejó de él, que tiempo después decidió separarse por completo y se mudó junto a ella a California cortando el poco vínculo que les quedaba. A raíz de ello habrían tomado la decisión de quitarlo de la herencia.
La herencia
La fortuna que habría dejado la Reina Isabel II serían cerca de 600 millones de dólares según estiman sitios británicos. Sin embargo, de ello le corresponderían solo 88 millones a Harry y su familia. Cabe señalar que una gran parte de los bienes que usa la familia real corresponden a la corona, por lo que no entran como propios de la recientemente fallecida monarca.
Por otra parte, habría una colección de más de 300 gemas y joyas que le fueron regaladas a la exreina que sí están dentro de la herencia. Las mismas serían recibidas por Kate Middleton y su hija Charlotte, familiares del Príncipe Guillermo que siguen con la línea sucesoria para estos bienes valiosos