La nueva primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, anunció este jueves su esperado plan para limitar el tope promedio anual del precio de las tarifas de gas y electricidad de los hogares a 2.500 libras esterlinas, a partir de octubre. Esta fue su primera media de emergencia desde que asumió el martes el cargo.
El precio de gas y electricidad de un hogar típico iba a aumentar de 1.971 libras a 3.549 libras esterlinas en octubre, lo que habría hecho colapsar las finanzas de muchos hogares británicos. El plan le ahorrará al hogar promedio 1.000 libras esterlinas al año, que se suma al descuento ya anunciado de 400 libras en las facturas de energía, informó Télam.
La medida fue acordada con las empresas comercializadoras de energía. A diferencia de los hogares, la ayuda para las empresas e industrias tendrá una duración de seis meses, plazo que se irá revisando cada tres. «Habrá un nuevo esquema de seis meses para las empresas que brindará un apoyo equivalente al que se ofrece a los consumidores», afirmó la premier británica.
Añadió que, después de ese período, los ministros planean ofrecer un «apoyo enfocado» en las industrias más vulnerables. Truss indicó también que el Gobierno también apoyará a todas las organizaciones benéficas comerciales, ofreciendo una garantía equivalente por seis meses. Brindaremos apoyo a los «sectores vulnerables», agregó ante el Parlamento británico.
Por otro lado, descartó un impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las empresas de petróleo y gas, argumentando que disuadiría la inversión. «No vamos a ceder ante el líder de la oposición, que exige un impuesto sobre las ganancias extraordinarias para financiar el congelamiento», reiteró una vez más luego de su enfrentamiento en el Parlamento con el líder laborista Keir Starmer.