El futuro rey, el príncipe George, y su hermana, la princesa Charlotte, se despidieron de su amada «Gan Gan», como los miembros más jóvenes de la familia real le decían a la reina Isabel II, en la Abadía de Westminster. Los bisnietos de la monarca se encontraban entre los 2000 invitados a su funeral de estado, junto con sus padres, líderes mundiales y figuras nacionales del Reino Unido.
George, de 9 años, y Charlotte, de 7 años, caminaron detrás del féretro de su bisabuela como parte de una procesión solemne entre cientos de invitados a través de la iglesia gótica. Los jóvenes miembros eran acompañados por sus padres, los príncipes de Gales, William y Kate.
El cuarteto caminó un poco por detrás del rey, Carlos y Camilla, la reina consorte, y por delante del duque y la duquesa de Sussex, Harry y Meghan. Los niños llegaron antes al reciento religioso en un auto con Camilla y su madre. Kate y los dos niños esperaron a un lado de las puertas de la abadía, observando en silencio mientras subían el ataúd de la reina.
Luego, se unieron a William para formar una fila de cuatro mientras seguían el ataúd hasta el frente de la abadía. Al final del servicio, George siguió de cerca a su padre, mientras que Kate colocó una mano en la espalda de su hija como guía, informó Bloomberg.
También se espera que el tercero y la cuarta en la línea de sucesión al trono asistan después al servicio de sepultura en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. El hermano de cuatro años del príncipe y la princesa, el príncipe Luis, no estuvo presente. Es probable que se le considere demasiado joven para asistir.