Luego de casi tres semanas del ataque de Cristina Kirchner, reapareció su hijo, Máximo Kirchner. El titular del PJ Bonaerense participó de un asado en Lomas de Zamora junto a dirigentes de su propio espacio y del peronismo, con quienes trató de mantener una buena relación a pesar de ser de la corriente del presidente Alberto Fernández, con quien tiene diferencias.
Allí compartió momentos con diversos funcionarios, quienes le confesaron a NA que «tuvo una mirada constructiva a la hora de analizar la coyuntura, en sus palabras fue muy equilibrado«. Claro está que el tema central del encuentro fue el intento de asesinato a la exmandataria, un asunto sobre el cual quedó «conmocionado» según reconoció uno de los participantes.
A raíz de esto, Máximo Kirchner le pidió al peronismo sostener «la unidad, la prudencia, mejorar nuestra comunicación política e institucional y poner en valor todo lo bueno que se ha hecho fueron puntos centrales» además de «apoyar el trabajo» del ministro de Economía, Sergio Massa, que lleva por «la senda correcta» el curso monetario del país según sus estimaciones.
Por último, pidió «redoblar los compromisos en el territorio» y que prime «la prudencia. El diálogo con la oposición se planteó como algo necesario», concluyó un dirigente del partido de la Provincia de Buenos Aires. De esta manera, el líder de La Cámpora volvió a la actividad política luego de casi 20 días de conmoción por el intento de asesinato a su madre.
Del encuentro formaron parte Martín Insaurralde, el ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario; la senadora nacional Juliana Di Tullio; y la ministra de Gobierno provincial, Cristina Álvarez Rodríguez. Además, Gustavo Menéndez (secretario de Organización del Partido Justicialista Nacional) y Jorge Ferraresi (ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat» también participaron de la cena.