Dejó a todos con la boca abierta y sin poder creerlo. Todo sucedió en Telefe, donde el reconocido actor Mauricio Dayub decidió dar a conocer una historia realmente fuerte sobre su familia, más precisamente relacionada con su abuela y su madre, quienes vivieron desde Europa, en medio de una gran conflicto que se desató debido al embarazo.
“Tu historia empieza con Josefina, ¿es tu abuela?”, indagó Andy Kusnetzoff. “Sí, es la historia de El Equilibrista, del espectáculo que hago, el corazón de El Equilibrista´. Mi abuelo decía que el mundo es de los que se animan a perder el equilibrio con esas decisiones que uno tiene que tomar en la vida, a veces, para ir hacia donde uno siente que tiene que ir y no hacia donde te lleva la vida. Muchas veces vamos para donde nos lleva el viento”, afirmó.
Esto tiene que ver sobre un viaje que él realizó a la antigua Yugoslavia. “Le pregunté antes a mi abuela, me dijo que no había nadie, que no quedaban familiares, pero yo, obstinadamente, quise ir igual. Fui y empecé a preguntar, en el poco italiano que hablaba, dónde podía vivir la familia que yo buscaba con el apellido de mi abuela. Hasta que di en un lugar que me dijeron que conocían a la familia y que iban a venir a buscarme. Me enteré ahí de un secreto, una historia, que tenían mi abuela y mi madre. Me enteré por qué hacía 55 años que mi abuela ni hablaba, ni escribía”, apuntó Mauricio Dayub.
Fue allí cuando se enteró que la madre de su abuela y su hermana, se habían opuesto a la relación con su abuelo, y que ella había quedado embarazada. “Por la vergüenza que significó, (mi abuelo) se tuvo que tomar el primer barco que saliera para América. Le empezó a escribir cartas a mi abuela, mi abuela nunca recibió ninguna porque la mamá y la hermana se la escondían, ella no lo sabía. Pasaron cinco años y mi abuelo, después de escribirle todos los meses, le mandó los pasajes con un familiar rogándole que viniera a la Argentina, que quería conocer a su hija. Y ahí mi abuela se enteró y se fue sin saludar a su madre y a su hermana, y no la vieron nunca más”, lanzó.
“Le dije: ‘mirá, yo te traje un montón de regalos y de fotos, pero con una condición: que vos hables por teléfono con tu hermana’. Después de 55 años, mi abuela no quería hablar. Cuando le estaba por pasar, me dijo: ‘¿qué les digo?’. Y atendieron y le pasé. A ella, a mí me maravilló, le salió una voz finita como cuando tenía 19 años, la última vez que había visto a la madre y a la hermana. Y le salió decir solo ‘hola’. Dijo dos veces ‘hola’ y me dijo: ‘bueno, yo ya hablé, ellos no hablan’. ‘No, cómo no van a hablar, abuela. ¡55 años!’, le dije y agarré el teléfono yo. Y claro, estaban llorando, no es que no hablaban”, finalizó Mauricioo Dayub.