La insistencia del kirchnerismo en criticar la causa Vialidad tuvo diferentes fases de crecimiento. La primera fue el pedido de condena de 12 años a Cristina Kirchner, acusada de ser jefa de una banda de asociación ilícita con la obra pública de Santa Cruz. La segunda, el intento de magnicidio; la tercera, la defensa de Alberto Baraldi, quien expuso documentación para demostrar la supuesta falsedad de los argumentos de los fiscales. Ahora, desde dirigentes hasta el presidente Alberto Fernández han reforzado sus cuestionamientos hacia el Poder Judicial, que incluso podría renovar el debate por la reforma judicial. No obstante, también es interesante preguntarse por qué se defiende tanto a Cristina Kirchner y por qué casi no se mencionan los nombres de la mayoría de los juzgados, que totalizan un total de 11 si se incluye a la vicepresidenta.
La versión de Axel Kicillof
Uno de los más críticos es Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y exministro de Economía durante el gobierno de Cristina Kirchner. Según Télam, consideró hoy que en el juicio que se sigue por la causa en la que se investiga el presunto direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz «no hay un solo hecho del Código Penal».
«Ayer, cuando vi el alegato de la defensa de Cristina, del doctor Carlos Beraldi noté no sólo que se desnudó la farsa, sino que se cayó a pedazos la acusación», respondió. Asimismo, señaló que la acusación del fiscal Diego Luciani fue «un armado, un guion» escrito «con motivos políticos» contra Cristina Kirchner. Así, deslizó la idea de una posible proscripción que se esté planificando.
También insistió con los lazos de Mauricio Macri y un sector importante de la Justicia, luego de que se conocieran imágenes de parte de los integrantes del TOF 2 en una de sus canchas de fútbol. «Hay jueces que dicen que siempre van a jugar a la quinta de Mauricio Macri. Siempre se van a tomar un café con él. Podrían tener vinculaciones con otras personas, pero siempre aparece el expresidente (Fabián) «Pepín Rodríguez Simón, quien está prófugo en Uruguay».
¿Miedo a que Cristina Kirchner no pueda candidatearse?
Otro de los motivos que rodea el interrogante principal es, como ya se dijo, la posible proscripción a la representante actual más importante del peronismo. Incluso, funcionarios de alto rango, como la portavoz Gabriela Cerruti, acudieron a dirigentes sociales y políticos internacionales para rechazar el pedido de condena. Lo mismo hizo el presidente Alberto Fernández, quien quiere llevar la causa a la ONU.
Aun así, la proscripción, es decir, la desaparición política en el ámbito público, no es la única preocupación, sino también la desaparición física. «Si no, miren lo que le pasó a Cristina. El mundo no puede retroceder y volver a admitir que hechos como los que sucedieron en la ESMA pueden volver a ocurrir», protestó Alberto Fernández el día lunes.
Sea cual sea la razón para la insistencia, el kirchnerismo no puede permitirse un plan político sin Cristina Kirchner. Con una oposición que cada vez ha ido cobrando más fuerza a raíz de las decisiones políticas del Gobierno, se hace más necesario para el sector apostar por la representatividad de la actual vicepresidenta.
Deseo, democracia y/o verdad
Nadie puede negar lo que provocó el atentado contra Cristina Kirchner en la sociedad, ya sea positiva o negativamente. Las marchas que se generaron en todo el país no pasaron solo por defender a una de las figuras políticas más importantes, sino también para defender a la democracia. La democracia, ese modelo de gobierno tan valorado desde 1983, estuvo a una bala en la recámara de ser puesta en peligro.
Pero también salieron las expresiones de deseo y, también, de desesperación. El deseo es, simplemente, es volver a ver a la vicepresidenta como presidenta y, también, la desesperación es tener una figura fuerte en el poder. Las gorras con la inscripción «CFK 2023» no son casuales, aunque ya la figura de Alberto Fernández ha pasado a un segundo plano. La demostración, real o inventada, de que el modelo todavía puede funcionar como sistema que garantice el bienestar puede ser realizada por unos pocos, aunque haya resistencia de otra gran porción social y aunque haya descontento entre los mismos militantes.
Por eso, la explicación de por qué se defiende a Cristina Kirchner de una eventual condena puede llevar ríos de tinta de diferentes colores y matices. Lo que sí es un punto coincidente es que la verdad está puesta en juego, y el que se quede con la verdad definirá el futuro de la Argentina.