Cecilia Moreau, presidenta de la Cámara de Diputados y dirigente del kirchnerismo, decidió convocar a los jefes de todos los bloques del Congreso para debatir el Presupuesto que destinará el Estado nacional en el 2023. El Gobierno busca que el proyecto no fracase como sucedió con la ley del 2022, que fue rechazada por la gran mayoría del arco político argentino.
Según información citada de Télam, el Presupuesto 2023 contempla un gasto de 23 billones de pesos, una inflación del 60% y un crecimiento del PBI de 2%. Sin embargo, presenta déficit fiscal del 1.9%, es decir, que el Estado va a seguir gastando más dinero del que le ingresa, por lo tanto, no tendrá a priori el apoyo de los bloques liberales de José Luis Espert y Javier Milei.
Al haber recortes en subsidios a la energía, posiblemente tenga el rechazo de la izquierda que considera el plan de Sergio Massa como un ajuste al pueblo argentino para acumular reservas y pagarle al FMI. El oficialismo tiene la aprobación asegurada de su bloque con 117 votos, pero necesita sumar 12 votos más de la fuerza opositora para obtener la mayoría.
El Gobierno cree que podría conseguir el apoyo de ciertos sectores radicales como en Jujuy, Mendoza y Corrientes. En el presupuesto se busca generar una fuerte devaluación del dólar oficial y llevarlo a diciembre del 2023 en 269 pesos, es decir, una depreciación del 61.56%. Sin embargo, si el dólar blue se dispara nuevamente, la meta será difícil de cumplir.
«El Presupuesto que se presenta propende a la estabilidad macroeconómica, a la recomposición del poder adquisitivo de los ingresos y al fortalecimiento del mercado interno», señalaron desde el kirchnerismo. Sin embargo, debido a la alta inflación, el consumo ya no es el mismo comparado con los datos positivos de la recuperación del 2021.