Este martes, las fuerzas ucranianas y las rusas se cruzaron en intensos combates en distintas partes de Ucrania, mientras se acercaba el final de los referendos organizados por Rusia en cuatro regiones que Moscú espera anexionar a su territorio.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, manifestó que la región de Donetsk, en el este del país, «sigue siendo la principal prioridad estratégica de su país» -y de Rusia-, y que «los combates afectaron a varias ciudades mientras las tropas rusas intentaban avanzar hacia el sur y el oeste». También hubo enfrentamientos en la región de Járkov, foco de una contraofensiva ucraniana este mes.
Las fuerzas ucranianas continuaron con una campaña para poner fuera de servicio cuatro puentes y otros cruces de ríos, a fin de interrumpir las líneas de suministro a las fuerzas rusas en el sur. Moscú espera anexionarse las provincias de Jersón, Luhansk, Donetsk y Zaporiyia, en el este y el sur, que constituyen alrededor del 15% del territorio de Ucrania.
Ninguna de las provincias está totalmente bajo el control de Moscú. Los combates han tenido lugar a lo largo de toda la línea del frente, con las fuerzas ucranianas informando de más avances desde que derrotaron a las tropas rusas en una quinta provincia, Járkov, a principios de este mes, informó Reuters.
La votación sobre la adhesión a Rusia comenzó el viernes en las regiones y está previsto que finalice este martes, con la posibilidad de que el Parlamento ruso apruebe la anexión en unos días. Kiev y Occidente han rechazado los referendos como una farsa y se han comprometido a no reconocer los resultados.
En Rusia, la llamada a filas de unos 300.000 reservistas ha dado lugar a las primeras protestas desde el inicio de la invasión, y un grupo de seguimiento estima que hasta el momento se han detenido a al menos 2.000 personas. Está prohibida toda crítica pública a la «operación militar especial» de Rusia.