El posible financiamiento, la planificación previa y el riesgo latente de que alguien vuelva a intentarlo son algunas de las líneas de investigación en torno al fallido atentado contra Cristina Kirchner. Hace un mes, Fernando Sabag Montiel gatillaba una pistola sobre la cabeza de la vicepresidenta a escasos metros del domicilio de ésta en el barrio porteño de Recoleta. La Justicia ya procesó a cuatro personas y la querella impulsa a que se ahonde más en la causa.
De hecho, se intenta avanzar sobre posibles autores intelectuales del plan magnicida, para lo que se concretaron medidas de prueba cuyo objetivo trazar perfiles económicos de los imputados y evaluar sus conexiones y contactos. La búsqueda de un departamento y mensajes de Sabag Montiel en los que se refería a su motivación económica para emprender un plan criminal son algunos de los elementos que abrieron nuevas líneas de investigación, según Télam.
Otro elemento que en los últimos días generó expectativas en los investigadores fue el avance en el peritaje del teléfono del atacante. Fuentes de la investigación aseguraron que se pudo recuperar información que se creía perdida a partir de que el dispositivo Samsung se había reseteado cuando la Policía Federal Argentina intentó abrirlo en el comienzo de la pesquisa.
El móvil económico
Un mensaje de WhatsApp escrito por Sabag Montiel el 15 de agosto y detectado por la querella que representan los abogados José Maunel Ubeira y Marcos Aldazaba robusteció la idea de que los atacantes pudieron haber recibido una dinero a cambio de intentar asesinar a Fernández de Kirchner, como así también para hacer inteligencia previa.
“Yo quisiera hacerme el vendedor de copos (de nieve azucarada) y meterle un corchazo”, había escrito en un grupo en el que luego, al referirse a su pareja Uliarte, agregó: “Yo a ella la trato de bajar, pero a mi me importa la plata, si nos compran o le dan un laburo, ya está salvada, bienvenido sea”. Esos mensajes se volcaron en una presentación que hizo la última semana la jueza María Eugenia Capuchetti y fiscal Carlos Rívolo.
El departamento
La hipótesis de que los agresores habrían accedido a financiamiento para ejecutar el plan magnicida se vio engrosada cuando los investigadores encontraron en el teléfono de Uliarte información que daba cuenta que habían intentado alquilar un departamento en Recoleta. El abogado Ubeira reveló el jueves último que ese departamento no estaría ubicado frente a la vivienda de la vicepresidenta sino a varias cuadras, más cerca de la Avenida Callao.
Los celulares
La investigación avanzó a lo largo del primer mes sobre información surgida de los teléfonos celulares secuestrados en la causa: los dos principales fueron el de Uliarte y el de Carrizo. En el teléfono de Uliarte los investigadores se encontraron con las conversaciones que mantuvo con la también detenida Agustina Díaz con la que comentaba su intención de matar a la vicepresidenta. Pues, en los días posteriores al ataque hablaron sobre borrar el contenido de su celular para evitar ser alcanzada por la Justicia.
La Policía de Seguridad Aeroportuaria trabaja por estas horas, por orden de la jueza Capuchetti, sobre el contenido de una decena de teléfonos secuestrados entre los que están los de Uliarte, Carrizo, Díaz. El análisis del contenido de esos celulares se hace de forma simultánea en la PSA y también en el juzgado que recibe el contenido en crudo y hace su propio análisis. Asimismo, analizan los celulares de los cuatro supuestos vendedores de copos que fueron a la entrevista de Telefe junto a Uliarte y Carrizo.
En los últimos días, un dato despertó nuevas expectativas en la causa: los investigadores lograron acceder a buena parte del contenido del teléfono celular de Sabag Montiel que creían haber perdido cuando en el primer día de pesquisa el teléfono se reseteó. La Policía Federal Intentaba extraer información en un peritaje que se hizo en los tribunales federales de Comodoro Py.