La excanciller alemana Angela Merkel manifestó este jueves que no se arrepiente del curso que tomó su gobierno con su política energética con Rusia durante su tiempo en el poder, que según los críticos dejó a la economía más grande de Europa demasiado dependiente del gas ruso.
Alemania y otros países europeos están tratando de poner fin a su dependencia del petróleo y el gas rusos después de que el presidente Vladimir Putin envió tropas a Ucrania como parte, de lo que él llama, una «operación militar especial». El año pasado, el 55% de las importaciones alemanas de gas provino de Rusia, como resultado de la búsqueda de lazos comerciales de Merkel con Moscú.
«Siempre actúas en el momento en que te encuentras», expresó a los periodistas en Lisboa cuando se le preguntó sobre el enfoque de su gobierno hacia Rusia. «En este sentido, no me arrepiento en absoluto de las decisiones, más bien, creo que fue correcto desde la perspectiva de la época», dijo. Agregó que el gas ruso barato «había permitido a Alemania seguir adelante con la eliminación gradual de la energía nuclear y el carbón».
Sin embargo, Alemania ahora ha retrasado estos planes mientras se esfuerza por reemplazar las entregas de gas estranguladas de Rusia. La inflación alemana, impulsada en gran medida por el aumento vertiginoso de los precios de la energía, se sitúa en un 10,9%. El gobierno se ha comprometido a gastar miles de millones de euros para ayudar a los hogares y las empresas a pagar las crecientes facturas de energía.
«Esta brutal invasión de Rusia ahora ha traído un cambio. Este es un punto de inflexión», expresó en referencia a la política energética alemana. «Esta era una tarea que debía afrontar el nuevo gobierno de Alemania», encabezado por Olaf Scholz, finalizó.