Iban 9 minutos de partido entre Gimnasia y Boca Juniors en La Plata cuando el encuentro tuvo que ser interrumpido. Los gases lacrimógenos que de la policía de Sergio Berni convirtieron al Estadio Juan Carmelo Zerillo en una gran nube de ardor para los ojos de los espectadores, jugadores y cuerpo técnico que salieron en repudio del accionar policial al igual que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.
El funcionario se manifestó en contra de la postura de las fuerzas de seguridad de su distrito y reconoció las falencias del área. «La policía está para proteger, no para agredir. Nosotros tenemos más de 3.000 espectáculos deportivos en un año. Lo que pasó es muy particular. No ocurre siempre en ningún partido. La policía actuó de la peor manera«, afirmó.
Seguido a esto, Axel Kicillof reconoció que este suceso «nos lleva a hablar de la violencia institucional. Nuestro gobierno no promueve la violencia institucional, no la protege, no la encubre no la oculta y no la tolera«. Estos dichos van directamente en contra de Sergio Berni, titular de la cartera de Seguridad que defendió el rol de la policía aunque adelantó que apartaran de sus cargos a los responsables del uso desmedido de la fuerza.
La noche de Axel Kicillof
Sumado a esto, el gobernador reveló como vivió la noche de los incidentes ocurridos en La Plata. «Me enteré que estaba ocurriendo y me puse en contacto con 3 ministerios. Seguridad, justicia y salud«, indicó el jefe provincial en diálogo con C5N, donde además, reiteró que «la decisión de esa noche fue la de aparatar de la policía al jefe del operativo.
«Terminan 8 internados, 3 con balas de goma. A pesar de que hubo un despliegue y una cantidad de disparos infernal, un muerto y 8 hospitalizados. 7 De ellos salieron pronto. Lo más masivo que tiene esto es 30.000 personas que fueron a una fiesta deportiva y se les arruinó completamente», lamentó el dirigente del Frente de Todos al respecto.