Julio López, especialista en ciberseguridad, manifestó que el Pig Butchering es un método de estafa en el que el estafador busca entablar lazos cercanos con la víctima para que invierta en sumas altas en inversiones falsas. En ese marco, López recomendó no invertir en lugares que no estén verificados por los entes estatales (Banco Central o Comisión Nacional de Valores) que regulan el mercado financiero.
«Estafas financieras emocionales. Me da terror abrir cualquier mail incluso de mis bancos o correo, porque caes en la estafa aunque tengas todos los sentidos bien puestos», comentó Viviana Valles, la conductora del noticiero de La Nación+ que presentaba la noticia. Luego, el especialista en ciberseguridad afirmó que en realidad da más temor sacar el celular en el Conurbano que utilizar Internet.
«Hay que bajar un poco la ansiedad, adoptar dos o tres reglas de convivencia para poder moverte bien. Da terror estar tan expuesto y es el mismo estrés que sufrís cuando sacas un teléfono en el Conurbano. Parte de lo que estamos sufriendo es parte de una normativa que se hizo a penas empezó la pandemia y que es darle a los presos teléfonos celulares para que estén conectados con sus familias», señaló López.
«Algo que era una medida humanitaria frente a una crisis mundial única para nuestras generaciones se transformó en un derecho adquirido. Gracias a Dios volvimos a la normalidad, pero los presos siguen teniendo teléfonos celulares en las cárceles y el home office para ellos (los presos) se hizo una realidad», insistió el experto.
La confianza como vehículo de estafa
«El Pig Butchering se trata de trabajar un poco más a la víctima trabando un lazo y una confianza más elaborada. Es un tipo que intenta desde una primera aproximación estafarte en algo. Por ejemplo, alguien que te estudio previamente y sabe el dinero que ganás, se empieza a acercarte a vos y te dice que vive de inversiones y trata de tentarte a invertir en un lugar que termina siendo una estafa. Obviamente las sumas son más altas porque es una inversión y la desazón al final del camino es muy grande porque empezas a cuestionar los lazos que formas y la vulnerabilidad que tenés por haberle creído», concluyó.
