El papa Francisco, quien comparó la actual situación mundial con la crisis de los misiles de Cuba de hace 60 años, encabezó este martes un llamamiento a la paz para que los políticos eviten la amenaza de una guerra nuclear por Ucrania al que se sumaron los líderes religiosos de todo el mundo.
Francisco presidió la ceremonia de clausura en el Coliseo de Roma de una conferencia de tres días organizada por la Comunidad de Sant’Egidio de Italia, un grupo mundial de paz y caridad. A la ceremonia de clausura asistieron cristianos, judíos, musulmanes, sikhs, budistas y representantes de otras religiones. El llamado final de la reunión, leído por un refugiado sirio, pedía la prohibición de la producción de armas nucleares.
En su discurso ante varios miles de personas, pronunciado después de que varios grupos religiosos rezaran por separado, Francisco denunció el «sombrío escenario actual, en el que, por desgracia, los planes de los dirigentes mundiales no tienen en cuenta las justas aspiraciones de los pueblos».
Según publicó Reuters, refiriéndose a la posibilidad del uso de armas nucleares en Ucrania, el pontífice agregó: «Hoy, de hecho, nos amenaza algo que temíamos y que esperábamos no volver a oír: el uso de armas atómicas. Incluso después de Hiroshima y Nagasaki siguieron produciéndose y probándose erróneamente».
Francisco recordó cómo el 25 de octubre de 1962, en plena crisis de los misiles en Cuba, el Papa Juan XXIII emitió un mensaje radiofónico en el que apelaba a los líderes de la época para sacar al mundo del abismo. «Hoy la paz ha sido gravemente violada, atacada y pisoteada, y esto en Europa, en el mismo continente que en el siglo pasado soportó los horrores de dos guerras mundiales», expresó.