Este miércoles, en una entrevista con El Destape, Alberto Fernández apuntó contra Mauricio Macri al mostrarse contra los liberales y los grupos especuladores dentro del mercado. Si bien la comunicación fue extensa, Jonatan Viale prestó especial atención a los comentarios del presidente para reivindicar el progresismo, vapuleado por la oposición.
«¿Que es ser progre? ¿Reconocer los derechos de las mujeres? ¿Preservar los derechos de los trabajadores? ¿Cuidar la educación y la salud pública? Si es así, yo soy progre», fue la frase que destacó el politólogo opositor en su columna editorial de Radio Rivadavia. Sin embargo, los lujos que él ostentaba antes de ser jefe de Estado (piscinas, gimnasio y hasta un cine propio) lo pusieron bajo la lupa del columnista, al contrastar el perfil que quiere tener con el que posee realmente.
Pero Jonatan Viale no se quedó solo con su lugar de residencia antes de ocupar el sillón de Rivadavia. En el año 2000, «el presidente progre», como lo definió él irónicamente, compartió boleta con (Domingo) Cavallo y (Gustavo) Béliz, representantes del menemismo. Es más, la línea política que sostenía en los 90 era neoliberal, si se recuerdan las declaraciones sobre las jubilaciones privadas y en dólares.
La crítica de Jonatan Viale a Cristina Kirchner
Volviendo al presente, el periodista se preguntó si un presidente progre permitiría que la inflación ronde el 100% anual y que las prepagas aumenten 114% en un año. Así, apuntó nuevamente contra Cristina Kirchner, quien, nuevamente, se desentendió de su propio Gobierno al parecerle «inaceptable» el aumento del 13,8% que se avaló esta semana.
«Usted armó esa boleta con Alberto, con Massa, con Kicillof», le recordó Viale, y agregó: «Es el presidente que usted eligió». «El desastre de las prepagas es todo suyo porque la inflación la construyó su Gobierno», rememoró al nombrar todos los aumentos mensuales de las prepagas. De esta manera, señaló que «el proceso inflacionario es culpa del Gobierno, que no deja de emitir ni de aumentar impuestos». Y afirmó: «Alberto, sos cualquier cosa menos progre«.