Este miércoles, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur advirtieron que se justificaría una escala de respuesta «sin precedentes» si Corea del Norte realiza una séptima prueba de bomba nuclear. Washington y sus aliados creen que Pionyang podría estar a punto de reanudar las pruebas de bombas nucleares por primera vez desde 2017.
«Acordamos que sería necesaria una escala de respuesta sin precedentes si Corea del Norte sigue adelante con una séptima prueba nuclear», expresó el viceministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun-dong, en una conferencia de prensa en Tokio junto a sus homólogos japonés y estadounidense, el viceministro de Asuntos Exteriores, Takeo Mori, y la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman.
Por primera vez desde que Corea del Norte comenzó a probar armas nucleares en 2006, China y Rusia vetaron este año una iniciativa liderada por Estados Unidos para imponer nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de la ONU y la intensificación de los simulacros militares aliados sólo ha dado lugar a más ensayos y ejercicios norcoreanos.
«Instamos (a Corea del Norte) a abstenerse de más provocaciones», dijo Sherman, calificándolas de «imprudentes y profundamente desestabilizadoras para la región». «Cualquier cosa que ocurra aquí, como un ensayo nuclear norcoreano, (…) tiene implicaciones para la seguridad de todo el mundo», expresó, enviando un mensaje implícito a China y Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, informó Reuters.
Corea del Norte ha realizado pruebas de armamento a un ritmo sin precedentes este año, disparando más de dos docenas de misiles balísticos, incluido uno que sobrevoló Japón. Enfadado por las actividades militares de Seúl, Pionyang disparó la semana pasada cientos de proyectiles de artillería frente a sus costas, en lo que calificó de grave advertencia a su vecino del sur.