Reino Unido anunció este lunes que había sancionado a altos funcionarios de seguridad de Irán y a su «llamada Policía de la Moralidad», diciendo que la fuerza había utilizado amenazas de detención y violencia para controlar la ropa que vestían las mujeres iraníes y cómo se comportaban en público.
La muerte de Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia policial ha provocado protestas en todo Irán. Los manifestantes pidieron la caída del líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei. Las sanciones también recaen sobre la Policía de la Moralidad en su totalidad. También sobre su jefe, Mohammed Rostami Cheshmeh Gachi, y el Jefe de la División de Teherán, Haj Ahmed Mirzaei.
«Estas sanciones envían un mensaje claro a las autoridades iraníes: les haremos rendir cuentas por la represión de mujeres y niñas y por la violencia impactante que han infligido a su propio pueblo», explicó el secretario de Relaciones Exteriores, James Cleverly, en un comunicado.
Las autoridades iraníes han descrito las protestas como un complot de los enemigos del país, incluido Estados Unidos. Las sanciones se hicieron utilizando leyes británicas diseñadas para alentar a Irán a cumplir con las leyes internacionales de derechos humanos y respetar los derechos humanos, informó Reuters.
Esto significa que las personas nombradas no pueden viajar a Reino Unido y cualquiera de sus activos en el país será congelado. La semana pasada, la Cancillería británica había convocado al encargado de negocios iraní, el diplomático de mayor rango Irán en Londres, por la represión de las protestas.
Amini, una joven kurda iraní, murió el 16 de septiembre tras haber sido arrestada en Teherán, por la Policía de la Moralidad. Había sido detenida por incumplir el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a cubrirse la cabeza y el pecho con un velo.