Julián Ercolini, juez federal que investiga un hecho derivado de la causa Cuadernos, sobreseyó a Cristina Kirchner, vicepresidenta de la Nación, porque no hubo pruebas que certificaran un supuesto soborno que recibió por parte de la empresa metalúrgica, Pescarmona. También, se liberó de culpa y cargo a Julio De Vido, exministro de Planificación, pero se elevó a juicio oral a los exfuncionarios kirchneristas, Roberto Baratta y su secretario, Nelson Lazarte.
El fallo también fue acompañado previamente por las declaraciones del fiscal, Carlos Stornelli que reconoció “que la formación del presente sumario en nada afectó el buen nombre y honor del que hubiere gozado» Cristina. Según datos de la agencia NA, la investigación relevó que la vicepresidenta no recibió ningún presunto pago ilegal el día 28 de abril de 2010, procedente de Pescarmona.
De hecho en la causa no se pudo establecer la cantidad de dinero de la supuesta coima. Los que quedaron imputados y llevados a juicio oral son Baratta, exsubsecretario de Coordinación y Control de Gestión del Ministerio de Planificación de De Vido; Lazarte que era el subsecretario y los empresarios Hugo Alberto Dragonetti, Alberto Tasselli y Jorge Balán.
En el caso de Baratta, la Justicia verificó ocho casos de supuesta «admisión de dádivas» y nueve de «cohecho pasivo» mientras que en Lazarte, nueve de «cohecho pasivo». Por el lado de los empresarios Dragonetti, Taselli y Balán hubo entre uno y dos casos de «cohecho activo». Lo cierto es que Cristina logró superar otra valla judicial.
Cristina sigue cada vez más lejos de los cuadernos
Por otro lado, la causa es derivada de presuntas denuncias hechas en los cuadernos de la corrupción escritos por el chofer de Baratta, Oscar Centeno, y que hace poco unos peritajes policiales demostraron «varias manos autoras de esas correcciones, sobreimpresiones, testeados y tachados, como así también un inesperado cambio en la velocidad de la escritura con que se escribieron los cuadernos posteriores».