Nicolás Kreplak, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, manifestó que los manicomios son como una condena de cárcel sin delito y sin juicio. En ese marco, estrenó junto a la Fundación Soberanía Sanitaria y Enclaves un documental que habla sobre la situación de salud mental en Argentina y los métodos de encierro que perjudican aún más a los pacientes. En ese sentido, Kreplak sostiene que la vida de los «relegados de la sociedad» debe ser en comunidad y fuera de las cuatro paredes.
«El mundo tiene una historia muy compleja con respecto a la salud mental y durante mucho tiempo lo que se hizo fue ocultarlos y las enfermedades más complejas llevarlas a un manicomio y sacarlos de la sociedad y eso me parece que es una condena de cárcel sin delito y sin juicio», disparó Kreplak en una entrevista para Radio 10.
«Hay personas que llevan 35 o 40 años viviendo en un lugar en donde no tienen derecho a ningún tipo de determinación. Se despiertan a cierta hora, se acuestan a cierta hora o le dan la comida cortada porque no pueden usar un cuchillo. La contracara de esto es que los servicios de salud poco tienen en materia de atención de salud mental, así que hace más de 10 años que en Argentina existe la ley de salud mental que viene a revertir esto, a cerrar los manicomios y generar un sistema de salud mental basado en la comunidad», afirmó el dirigente de La Cámpora.
«Hubo una serie de personas que vivieron un tiempo en los neuropsiquiátricos de la provincia de Buenos Aires y ahora están en una vida comunitaria y común en sus casas. Los casos como el del cantante, Chano, no necesitan de un manicomio, sino de un servicio de urgencia capaz de responder», insistió el médico clínico y sanitarista.
El análisis de Kreplak sobre el impacto del Covid en la actualidad
«En este momento lo que tenemos es un bajo impacto sanitario… sigue circulando, pero como otros virus respiratorios y no está reproduciendo internaciones. En la provincia de Buenos Aires hubo 42 millones de aplicaciones de la vacuna contra el Covid», concluyó el ministro de 41 años que busca visibilizar el efecto devastador del encierro sobre los pacientes con problemas psiquiátricos.