El principal partido de oposición de Turquía y un organismo de la industria de la ingeniería cuestionaron este lunes los protocolos de seguridad después de que una explosión en una mina estatal matara a 41 trabajadores, lo que provocó recuerdos del peor desastre minero del país de Asia hace ocho años.
La explosión del viernes en la mina de carbón de Amasra, propiedad de la Institución Turca del Carbón Duro (TTK), administrada por el estado, fue la más mortífera desde que un incendio en una mina en Soma, en el oeste del país, en 2014 mató a 301 mineros y planteó preocupaciones de seguridad similares.
El opositor Partido Popular Republicano (CHP) expresó que un informe del Tribunal de Cuentas de Turquía había advertido en 2019 sobre los riesgos en la mina en Amasra, en la región norte del Mar Negro. Emin Koramaz, jefe de la Unión de Cámaras de Ingenieros y Arquitectos turcos, explicó que las inspecciones no se llevaron a cabo de manera adecuada en parte porque se redujo la cantidad de personal, eliminando personal calificado.
«Los accidentes mineros en Turquía se han convertido en una rutina», dijo Koramaz a Reuters. «La razón principal… es que se está ignorando la ciencia minera (y) falta conocimiento técnico e infraestructura», agregó. Las autoridades lanzaron una investigación sobre la explosión que ocurrió a 300-350 metros bajo tierra en la mina Amasra.
Por su parte, el ministro de Energía, Fatih Donmez, dijo que un incendio en la mina estaba en gran medida bajo control y que la producción se había detenido por completo. Según un extracto del informe compartido por CHP, la salida allí había alcanzado una profundidad de 300 metros, donde los niveles de gas eran altos. Esto aumentaba el riesgo de descargas repentinas y explosiones de gas.