En Pekín, Xi Jinping se aseguró el domingo un tercer mandato en China de liderazgo sin precedentes. También presentó a su Gobierno que lo acompañará durante cinco años, repleto de leales, consolidando su lugar como el gobernante más poderoso del país desde Mao Zedong.
El jefe del Partido Comunista de Shanghái, Li Qiang, siguió a Xi en el escenario del Gran Salón del Pueblo mientras se presentaba el nuevo Comité Permanente del Politburó, lo que le sitúa en la línea de ser primer ministro cuando Li Keqiang se retire en marzo.
Los analistas consideran que todos tienen una estrecha relación con Xi, el hijo de un revolucionario del Partido Comunista que ha llevado a China en una dirección más autoritaria desde que llegó al poder en 2012. Richard McGregor, investigador principal de Asia Oriental en el centro de estudios Lowy Institute de Sídney, explicó que el resultado es «una victoria rotunda para Xi».
«Todos sus rivales, potenciales y reales, han sido expulsados del Comité Permanente del Politburó y los leales a Xi ocuparon su lugar. El nuevo Politburó es una declaración enfática del dominio de Xi sobre el partido», señaló. La presentación del Comité Permanente y del Politburó de 24 miembros se produce un día después de la clausura del XX Congreso del Partido Comunista, informó Reuters.
Aun así, Xi, de 69 años, se enfrenta a duros retos, ya que la segunda economía mundial se está desacelerando y crece la frustración por su política de «cero covid». Además, China está cada vez más distanciada de Occidente, agravado por el apoyo al ruso Vladimir Putin por la guerra con Ucrania y las crecientes tensiones sobre Taiwán.