Este miércoles, y después de varios intentos, la NASA lanzó desde el Centro Espacial Kennedy de Florida su nuevo megacohete y la nave espacial Orion, en una misión de seis semanas alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra. La misión allanará el camino para un vuelo de prueba tripulado y una futura exploración lunar humana como parte del programa Artemis.
Artemis I es la primera prueba de vuelo integrada del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) de la NASA, una nave espacial Orión sin tripulación y los sistemas de tierra. El despegue se produjo 44 minutos más tarde de lo previsto, porque fue necesario reemplazar una conexión informática y subsanar fugas intermitentes detectadas horas antes durante el repostaje de la etapa superior con hidrógeno y oxígeno líquidos, informó Télam.
Después del huracán Nicole, que demoró dos días este lanzamiento, los equipos realizaron evaluaciones exhaustivas del Artemis, la nave espacial y los sistemas terrestres asociados y confirmaron que no hubo impactos significativos por el clima severo.
Los ingenieros previamente hicieron rodar el cohete de regreso al hangar el 26 de septiembre antes del huracán Ian y luego de rechazar dos intentos de lanzamiento anteriores: el 29 de agosto debido a un sensor de temperatura defectuoso y el 4 de septiembre debido a una fuga de hidrógeno líquido en una interfaz entre el cohete y el lanzador móvil.
Durante este vuelo, la nave espacial Orion volará más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave espacial construida para humanos. Viajará a más de 450.000 kilómetros desde la Tierra y miles de kilómetros más allá de la Luna. Permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial. Regresará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca.