Casemiro fue el héroe de Brasil. Existen diferentes habilidades para destacar a la hora de definirlo. Sin embargo, en la Selección brasileña no importa cómo se describa a este volante. Lo indudable es que constituye una pieza fundamental para facilitar el juego agresivo y fluido de sus compañeros de ataque.
Y después de que abriese el cerrojo suizo con un golazo este lunes, en la segunda jornada del Grupo G, ya podemos añadir otro término a la lista. Héroe del Mundial, tras una sorpresiva llegada al área muy poco habitual en su caso. Bien posicionado y atento, ejecutó un movimiento inesperado para conectar un disparo perfecto que no le dio opciones al arquero.
“Para ser sincero, no esperaba un disparo así en ese momento”, resumió el mediocampista Bruno Guimarães. “Pero acertó de lleno”. Y así fue: en esta ocasión, a Casemiro le tocó brillar y acaparar toda la atención.
“Apreciamos el fútbol con alegría, el fútbol vistoso. Siempre lo decimos en el vestuario, esa es nuestra característica. Tenemos que jugar con felicidad, no podemos perder esa esencia. Si hemos ganado cinco Mundiales es por eso”, contó el jugador en una entrevista con la FIFA.
Lo curioso es que Casemiro ya había estado muy cerca de marcar en el triunfo de Brasil sobre Serbia en su estreno. En el segundo tiempo, cuando los brasileños sometieron a su adversario a un acoso constante, efectuó un tiro de gran clase desde la puerta del área que golpeó en el travesaño.
“En el primer partido fue al travesaño. Hoy he tenido la suerte de marcar un gran gol para ayudar al equipo, que es lo más importante”, afirmó.
La Seleção se vio obligada a agotar todos sus recursos para romper el bloqueo suizo. Los suplentes que incluyó Tite volvieron a notarse, y Bruno Guimarães, Antony y Gabriel Jesus aportaron dinamismo a la línea ofensiva.
El dominio en esa zona fue posible también gracias a que en el otro extremo del campo los defensores hicieron un gran papel. Brasil afrontó algunas situaciones de peligro al comienzo del segundo periodo, pero después se reubicó y tuvo la seguridad y la compostura que le permitieron insistir en busca del triunfo.
“Queríamos ganar, controlábamos el choque, aunque con miedo de errar un pase y propiciar un contragolpe suyo. La cosa estaba complicada, pero así es el Mundial. Lo importante es que hemos mantenido nuestro desempeño, la solidez defensiva. Hasta el punto de que Casemiro pudo subir”, analizó Thiago Silva.
De aspiradora a bombero de Brasil
Casemiro exhibió todas sus cualidades en la victoria ante Serbia. Fue quien más corrió y más balones recuperó para Brasil. Recorrió 11,3 kilómetros dentro de la cancha (uno más que Alex Sandro y Raphinha) e hizo 10 de las 43 recuperaciones del equipo.
De ahí proceden todos los adjetivos con los que se le define. El de “aspiradora” se lo puso Filipe Luís, actual lateral del Flamengo y comentarista ocasional de SporTV durante el Mundial. En opinión de su excompañero de selección, el mediocampista siempre está dispuesto a limpiar la suciedad que hay en la cancha. En España, los periodistas podrían llamarle “bombero”, por apagar incendios siempre que la situación lo requiera.
Pero Casemiro también influye en la organización ofensiva de los suyos, con pases cortos que ayudan a romper la primera línea de defensa y balones en profundidad que ponen en apuros a los zagueros contrarios, al generar situaciones de mano a mano contra los veloces delanteros brasileños.
Ese es el repertorio que lleva ofreciendo con maestría desde hace tiempo y que le ha alcanzado para participar en la conquista de cinco títulos de la Champions League con el Real Madrid. Y ganarse asimismo la plena confianza de la hinchada y del entrenador del Manchester United, Erik ten Hag, en cuestión de semanas. Fue él quien describió al brasileño como el “cemento” que mantiene unidos a los Diablos Rojos.
Y aún con semejante bagaje, Casemiro se asombra del nivel de juego alcanzado por el combinado de Brasil, que ya se ha asegurado la clasificación para la fase de eliminación directa del Mundial de Catar, siendo un equipo que conjuga eficacia y espectáculo, en el que los atacantes también contribuyen a combatir al adversario, correspondiendo así el aporte ofensivo de su volante.
“Diría que estamos encontrando nuestra mezcla de ser contundentes atrás sin perder nunca nuestra característica, la esencia arriba. Cuando el equipo defiende, es sólido, y todo empieza arriba, con los atacantes ayudando mucho. Y cuando se tiene el balón, hay que hacer lo que toca, con alegría. Esa es la esencia”, concluyó.