Este martes, Tuvalu anunció que planea construir una versión digital de sí mismo, replicando islas y lugares emblemáticos y preservando su historia y cultura, ya que el aumento del nivel del mar amenaza con sumergir la pequeña nación insular del Pacífico, entre Australia y Hawái, debido al calentamiento global.
El ministro de Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, expresó en la cumbre del clima COP27 que es hora de buscar soluciones alternativas para la supervivencia de su país y que esto incluye que Tuvalu se convierte en la primera nación digitalizada en el metaverso, un reino en línea que refuerza la realidad aumentada y virtual (RV) para ayudar a los usuarios a interactuar.
«Nuestra tierra, océano y nuestra cultura son los bienes más preciados de nuestro pueblo y, para mantenerlos a salvo, pase lo que pase en el mundo físico, los trasladaremos a la nube», manifestó en un video en el que se le vio de pie sobre una réplica digital de un islote amenazado por la subida del nivel del mar.
Kofe acaparó la atención mundial en la COP26 del año pasado, cuando se dirigió a la conferencia metido hasta las rodillas en el mar para ilustrar cómo Tuvalu está en primera línea del cambio climático. «Tuvalu tuvo que actuar porque los países de todo el mundo no están haciendo lo suficiente para prevenir el cambio climático», afirmó, replicó Reuters.
Tuvalu será el primer país en replicarse en el metaverso, después de que Seúl y la nación insular de Barbados dijeron el año pasado que entrarían en el metaverso para prestar servicios administrativos y consulares, respectivamente. «La idea es seguir funcionando como estado y, además, preservar nuestra cultura, nuestros conocimientos y nuestra historia en un espacio digital», declaró Kofe a Reuters antes del anuncio.
Tuvalu, un grupo de nueve islas y 12.000 habitantes a medio camino entre Australia y Hawái, es desde hace tiempo una causa célebre por los riesgos del cambio climático y la subida del nivel del mar. Hasta el 40% de la capital está bajo el agua en marea alta, y se prevé que todo el país esté sumergido a finales de siglo.