Santino Godoy Blanco, protagonista de la campaña de vacunación del Ministerio de Salud de la Nación murió en el Hospital municipal Larcade de San Miguel, provincia de Buenos Aires, por neumonía bilateral. La familia del niño, de apenas 4 años, denuncia que hubo mala praxis en el hospital, ya que antes de morir les habían notificado dos diagnósticos errados y distintos.
El nene de cuatro años murió el jueves 3 de noviembre luego de asistir en tres ocasiones seguidas al Hospital Municipal Larcade. Acorde precisó NA, nunca pudieron dar con el diagnóstico pertinente sobre qué sucedía con Santino. Ante el fallecimiento el viernes 4 se realizó un autopsia que reveló que murió a causa de una neumonía bilateral, una conclusión contraria a la que se les había notificado a la familia días anteriores.
La madre del menor confirmó que ya erradicó la denuncia por mala praxis contra el hospital y los médicos que atendieron a Santino. La causa quedó en manos del fiscal Rubén Moreno. No deja de ser importante a destacar que Santino había participado de la campaña a nivel nacional para incentivar la vacunación infantil contra el sarampión, la rubéola, las paperas y la polio para niños de entre 13 meses y 4 años.
La campaña fue lanzada para que salga en la televisión y radio entre el 1º y el 13 de noviembre, lo que indica que la publicidad continúa saliendo en diferentes medios de comunicación. Esto sucede a pesar de que el organismo conducido por la ministra Carla Vizzotti señaló que, tras conocerse la noticia, solicitaron que se retire la campaña.
El relato de la mamá
En comunicación con Eduardo Feinmann por Radio Mitre, Agustina Blanco relató la tragedia que vivió. “Yo llevé a Santino el miércoles 2 de noviembre por la madrugada porque había empezado con fiebre a la medianoche. Le había dado ibuprofeno, lo bañaba y no le bajaba la fiebre. Me llamaba tanto la atención que lo llevé. Lo atiende una enfermera y le pone pañitos para que le bajara la fiebre. Le pido que lo atienda una pediatra. Me dice que no, que podía ser algo viral, que cuando le baje la fiebre, veíamos”.
“Estuvimos dos horas hasta que le baje la fiebre, porque yo ya le había dado un remedio. Vino una doctora, lo escucha. Dice que tenía un cuadro viral de laringitis, que tenía que darle corticoides y nebulizaciones”, amplió, y luego contó cómo, minimizando la grave pero evitable situación de Santino, le dijeron que regrese a su casa.
Cuando volvió al hospital, debido al empeoramiento de su salud, Agustina describió el poco trato del personal de salud y la desatención. “La médica me dice que ella lo escuchaba peor y que iba a repetir urgente la serie de oxigeno y puf. En eso viene la enfermera con tres saturómetros, pero ninguno funcionaba y Santi ya estaba más frío. Yo le tocaba las manitos. Empiezo a ver que se le empiezan a ir los ojitos para atrás y le digo a la doctora que por favor hagan algo. Me dice que van a llevarlo a shock. Yo lo llevé a Santino a shock a upa corriendo y ahí empezaron a venir los médicos. Trataron de reanimarlo una hora y media y ya no pudieron o no quisieron hacer nada porque no lo llevaron a terapia, que estaba vacía en ese momento”.