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POLÍTICA

Gerardo Morales no quiere hablar con Cristina Kirchner: «Terminó de empiojar y de romper la convivencia»

Gerardo Morales marcó una vez más sus diferencias con Cristina Kirchner a un año de las elecciones presidenciales.

Gerardo Morales

Las elecciones 2023 han generado que los diferentes partidos políticos del país lancen sus candidaturas con sus principales referentes a la cabeza. Se espera que por el Frente de Todos Cristina Kirchner vaya en alguna lista, mientras que en Juntos por el Cambio se desconoce si Mauricio Macri será candidato, aunque Gerardo Morales de la Unión Cívica Radical (UCR) sí.

Lejos del discurso de unión y consenso, el gobernador de Jujuy se alejó de la exmandataria y afirmó que no le gustaría entablar ningún diálogo con ella. «Me parece que se va a generar la posibilidad de tener un diálogo entre partidos políticos, siempre mirando los intereses del país. Yo creo que es posible; tal vez no con sectores tan antagónicos como los que representa Cristina Kirchner, aclaró.

En este mismo sentido, aseguró que la expresidenta «terminó de empiojar y de romper la convivencia» con la oposición, por como se manejó en la designación de Martín Doñate para el Consejo de la Magistratura. Además, cuestionó el daño que le hicieron al país al «plantarse como un partido opositor a su propio gobierno» y generando internas en Casa Rosada.

«La verdad que es muy hipócrita, pero, bueno, el país necesita otro camino, necesita racionabilidad, diálogo honesto, sincero, reconstruir puentes, establecer políticas de mediano y largo plazo, además de bajar la inflación», completó Gerardo Morales acerca de la vicepresidente de la Nación, con quien marcó mucho sus diferencias en los últimos meses.

Interna en Juntos por el Cambio

Por otra parte, Morales reconoció que también hay «algunos sectores extremos» de Juntos por el Cambio que «terminan haciendo el juego de esa falta de diálogo y ayudan a la imposibilidad de lograr acuerdos para superarnos, pero son temas que hay que trabajar». De esta manera, dejó en evidencia que los problemas de coordinación no son solo del kirchnerismo.