A raíz de la polémica por la reforma previsional en Tierra del Fuego, que permite que los trabajadores de la administración pública se jubilen con 20 años de aportes, Mauricio Macri redobló sus críticas contra las jubilaciones tempranas. El día miércoles, el gobernador Gustavo Melella le había respondido críticas previas al decirle que «le faltó el respeto a todo el pueblo fueguino».
«Las jubilaciones tempranas como las aprobadas por la reforma de Tierra del Fuego, además de ser profundamente injustas, proyectan sobre toda la sociedad una idea muy negativa de obsolescencia de las personas«, sentenció el ex presidente en su cuenta de Twitter. Sobre ello, argumentó que las jubilaciones anticipadas fomentan «la discriminación y el aislamiento».
«Según la OMS, al cumplirse el período 2016-2025 la población mundial mayor de 60 se habrá duplicado y para el 2050 serán más de 2.000 millones. No solamente viviremos más, sino que es deseable extender la longevidad de las profesiones para vivir mejor, integrados y productivos», explicó Mauricio Macri.
Haciendo suyos los preceptos de la OMS, el fundador del PRO defendió el trabajo de las personas mayores de 55 años. «Porque trabajar nos da, además de un salario, un propósito, un sentido, un lugar dentro de nuestra comunidad. ¿Qué clase de mundo imaginan aquellos que promueven el retiro de personas de 55 años a través de privilegios artificiales?», indicó.
«Una catástrofe» según Mauricio Macri
Macri tomó en cuenta lo que significa una decisión de ese calibre para el resto del territorio nacional. «Las jubilaciones anticipadas son además una catástrofe para las cuentas estatales y una injusticia para los trabajadores de otras provincias, que indirectamente tendrán que aportar a las jubilaciones de los estatales de Tierra del Fuego, en algunos casos de apenas 55 años», explicó.
«Lamentablemente, en un país así los jóvenes no tienen futuro. La energía de sus tareas, su empeño y esfuerzo serán aspirados por el Estado a través de impuestos para pagar las jubilaciones a personas que deberían estar trabajando; no solo eso, que deberían querer estar trabajando», amplió.
Por último, con un mensaje con tinte electoral, el ex presidente anunció que lo único que queda es desastre o cambio. «No hay atajos, no hay trucos, no hay ningún relato, no hay arenga, movilización ni discurso fantasioso que pueda salvarnos de hundirnos hasta el fondo si seguimos con medidas así. Es matemático que nos espera el desastre. O hacemos el cambio o no seremos nada».