El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, acusó a los soldados rusos de cometer crímenes de guerra y matar a civiles en Jersón, parte de la cual fue retomada por el ejército ucraniano la semana pasada tras la retirada de Rusia. «Los investigadores ya han documentado más de 400 crímenes de guerra rusos. Se han encontrado cuerpos de civiles y militares muertos», expresó el mandatario.
«El ejército ruso dejó tras de sí la misma barbarie que en otras regiones del país en las que entró», agregó. Moscú niega que sus tropas ataquen intencionadamente a los civiles. Desde el inicio de la invasión, se han encontrado fosas comunes en varios lugares del país, incluidos cuerpos de civiles con evidencias de tortura descubiertos en la región de Járkov y en Bucha, cerca de Kiev.
Kiev ha acusado a las tropas rusas de cometer los crímenes. En octubre, una comisión de la ONU afirmó que se habían cometido crímenes de guerra en Ucrania y que las fuerzas rusas eran responsables de la «gran mayoría» de las violaciones de los derechos humanos en las primeras semanas de la guerra.
Las tropas ucranianas llegaron el viernes al centro de la región de Jersón, al sur del país, después de que Rusia abandonara la única capital regional que había capturado desde que Moscú lanzó su invasión. Aldeanos con flores esperaban en la carretera de Jersón para saludar a los soldados ucranianos el sábado, cuando llegaron para asegurar el control de la orilla derecha del río Dniéper, informó Reuters.
Se trata de la tercera gran retirada de Moscú en la guerra y la primera que implica la cesión de una ciudad ocupada tan grande ante una gran contraofensiva ucraniana con el sistema de cohetes de artillería de alta movilidad (HIMARS) suministrado por Estados Unidos.