Economistas como Fausto Spotorno, Roberto Cachanosky y Diana Mondino expusieron sus expectativas con respecto a la inflación en 2023. Luego de un año muy duro en materia económica, se debatió si la presión inflacionaria cederá en el año entrante, o si se mantendrá, o si empeorará. Ante los pronósticos que previeron, estimaron que durante 2023 la economía argentina no va a crecer.
A pesar de la anunciada «guerra contra la inflación» de Alberto Fernández, esta seguirá con una inflación muy elevada, del orden del 6% mensual. Además, según NA, reclamaron reducir drásticamente el gasto público y prestar atención a la «asfixia» que sufre el sector privado. De esta forma, el año que viene incluirá porcentajes muy parecidos al 2022, acorde precisaron.
El aporte de los economistas para bajar la inflación
Para Fausto Spotorno, durante el año que viene no habrá crecimiento económico pero sí una una «inflación importante». La estimó en el orden del 6% o 7% promedio mensual. A su criterio, la Argentina necesita un un plan de estabilización económica que baje el déficit fiscal, recortando unos tres o cuatro puntos del PBI. Asimismo, propuso que se avance a una reforma laboral y una reforma tributaria y, además, que se simplifiquen los procesos de exportación.
Por su parte, Roberto Cachanosky hizo hincapié en el gasto público. Admitió que el déficit fiscal «no me preocupa tanto, pero sí el nivel de gasto, porque eso quiere decir que nos están matando con impuestos». «Actualmente hay 48 puntos sobre PBI de gasto público consolidado, que son absolutamente imposibles de financiar. Y esto deja a la economía -con vistas a diciembre de 2023, cuando asuma un nuevo Gobierno- en una situación peor que en 2001», alertó.
En ese sentido, sostuvo que al gasto «hay que bajarlo a 30 puntos como en la década del ’80, mejorando la calidad de lo que se gasta. Pero no es una tarea sencilla de encarar, porque el colchón social que tenemos ahora es peor que hace 40 años».
A su turno, Diana Mondino también afirmó que es «indispensable» que el gasto público se reduzca. No obstante, hizo foco en el sector privado, sobre el cual señaló: «está asfixiado en su rentabilidad. Van a llegar a 2023 sin capital de trabajo, sin stocks. Y así es muy difícil que este sector pueda recuperarse». Asimismo, indicó que en el mercado laboral «hay una situación muy tensa, con profundas asimetrías entre sectores en cuanto a la capacidad de negociar salarios».