Los legisladores de Chile llegaron a un acuerdo el lunes para iniciar otra etapa en el proceso de escribir una nueva Constitución. La votación ocurre tres meses después de un plebiscito que rechazó un primer texto que buscaba reemplazar de la actual carta. El acuerdo será canalizado a través del Congreso, donde se requiere aprobar una reforma a la Constitución actual para habilitar el nuevo proceso.
Según el acuerdo, anunciado por líderes de una mayoría de partidos políticos oficialistas y opositores, una nueva propuesta será redactada durante el próximo año por un órgano de 50 integrantes electos en votación directa, a partir de un anteproyecto elaborado previamente por una comisión de 24 expertos que comenzará sus funciones en enero.
La elección de los llamados consejeros constitucionales que integrarán el órgano redactor sería en abril. Los especialistas serán designados por la Cámara de Diputados y la otra mitad por el Senado. El proyecto de nueva Constitución será sometido a un referendo de participación obligatoria. El mismo se realizará en noviembre o diciembre del próximo año.
«El país demanda certezas», expresó el socialista Álvaro Elizalde, presidente del Senado. «Hoy recién se inicia un nuevo camino para avanzar hacia una Constitución nacida en democracia», agregó, replicó Reuters. Los representantes políticos llegaron a un consenso tras intensas negociaciones iniciadas pocos días después del plebiscito del 4 de septiembre. En esa votación, la opción «rechazo» se impuso por el 61,8% de los votos.
La redacción de una nueva Constitución que reemplace al texto vigente, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, sometida a varias reformas desde que entró en vigor en 1980, fue el camino de salida a una crisis que se desató en Chile a multas de 2019 con masivas protestas sociales.