El Congreso de la Nación ha sido uno de los principales recintos de peleas y discusiones en la política. En Diputados han existido sesiones muy álgidas donde los gritos, acusaciones y señas obscenas fueron protagonistas principales. En los últimos dos debates, Juntos por el Cambio decidió no dar quórum para no ser partícipes de «la agenda de Cristina Kirchner«. Ante este contexto se anunció un receso anticipado.
En el Frente de Todos acusan a la oposición de no querer debatir e interponerse en uno de los tres poderes que tiene el país. Por el lado de Juntos por el Cambio sostienen que hay debates que no se deben dar y no serán parte de un plan kirchnerista. Es por eso que a principio de diciembre se negaron a votar nuevas autoridades y la última semana no dieron quórum.
«En @diputadosucr decidimos no dar quórum en la sesión convocada para mañana por el oficialismo. Una vez más el Frente de Todos resolvió no aceptar el tratamiento de ninguno de los temas solicitados por la oposición, como la Ley de Alquileres o una solución para créditos UVA”, publicó la Unión Cívica Radical antes de la última sesión, llamada por el oficialismo.
El jefe de bancada del Frente de Todos, Germán Martínez, cruzó a su polo político por no permitir llevar a cabo los debates: “No nos queda otra que seguir insistiendo. Si hay una masa de bloques opositores que quieren paralizar el Congreso, tenemos que tener una energía contraria. Veníamos mostrando cierta capacidad de consenso. De eso se trata”, sostuvo.
En ambas fuerzas políticas se confirmó que no hay señales de que se pueda revertir las dos posiciones. Para evitar más tensión en el recinto, se tomó la medida de un receso anticipado. La Cámara Baja volvería a funcionar en febrero del próximo año, donde el Presidente puede llamar a sesiones extraordinarias. Al momento ni ese llamamiento podría llevar paños fríos.