El Gobierno nacional otorgará bonos de fin de año de $20.000 a empleados del sector privado que tengan remuneraciones de hasta $180.000. En tanto, a los beneficiarios del programa Potenciar Trabajo se les otorgará un adicional de $13.500. Ambas medidas se instrumentarán a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que firmará el presidente Alberto Fernández y será publicado mañana en el Boletín Oficial.
La decisión responde a la necesidad de mejorar el poder adquisitivo de los sectores con menores ingresos. Durante 2022, vieron recortada su capacidad de compra ante la escalada inflacionaria. El jueves, el INDEC dará a conocer la tasa de inflación de noviembre. Si bien se ubicaría por debajo del 6%, impulsará a una suba de precios cercana al 18% para el último trimestre del año.
Detalles para el cobro del bono
En el caso de los trabajadores privados el bono que recibirán no servirá para el cómputo del aguinaldo. No obstante, queda excluido del pago del impuesto a las Ganancias. Dado que por el monto que se fijó como techo para obtener este adicional el mayor esfuerzo recaerá sobre las pymes, el Gobierno definió que la mitad del bono que paguen será deducible totalmente del impuesto a las Ganancias. Para ellos las empresas deberán presentar la Declaración Jurada correspondiente.
Por su parte, quienes están inscriptos en el plan Potenciar Trabajo recibirán un adicional de $13.500. Este será depositado en las cuentas entre la semana de Navidad y Año Nuevo, según indicaron fuentes oficiales. Para que esa acción ocurra, los beneficiaros deberán validar su identidad de acuerdo a lo establecido por la Justicia. Cabe recordar que en las últimas semanas se desató una polémica por la aparición de pagos de planes sociales irregulares.
De acuerdo a la información oficial se estima que entre los dos conjuntos de beneficiarios unos 4,4 millones de trabajadores recibirán el estímulo monetario frente a las fiestas de Fin de Año. Así, el Gobierno busca recomponer ingresos luego de una escalada inflacionaria cercana al 20% en el último trimestre que socavó el poder adquisitivo, incluso de los asalariados que pudieron reabrir sus paritarias.