Kosovo abrió este viernes dos pasos fronterizos con Serbia, en el inestable norte del país, tras tres semanas cerrados después de que los serbios kosovares levantaron barricadas para protestar contra el gobierno de Pristina en un conflicto que ha suscitado la preocupación en Europa y a nivel internacional.
La reapertura se produjo un día después de que la policía anunció la reapertura del paso de Merdare, tras el derribo de las barricadas en el lado serbio. Este último es el más importante para el transporte de mercancías por carretera, que une al estado, sin salida al mar, con los países de Europa occidental.
Serbia también puso fin el jueves al estado de alerta de sus tropas, que duraba ya tres días. Al mismo tiempo, las partes daban muestras de ceder a la presión de la Unión Europea y Estados Unidos para que dieran un paso atrás en su creciente enfrentamiento.
«Las barricadas se han retirado de donde estaban colocadas y los dos pasos fronterizos de Jarinje y Brnjak se han abierto hoy al tráfico en horas de la tarde», declaró este viernes la policía de Kosovo. Alrededor de 50.000 serbios que viven en el norte del país. Se niegan a reconocer al gobierno de Pristina o el estatus de Kosovo como país independiente, en el que se convirtió en 2008, informó Reuters.
Cuentan con el apoyo de muchos serbios de Serbia y de su gobierno. El último recrudecimiento de las tensiones se produjo cuando los serbios del norte de Kosovo empezaron a levantar barricadas el 10 de diciembre en protesta por la detención de un expolicía serbio. Acordaron empezar a desmantelar las barricadas después de que fue trasladado de su detención a arresto domiciliario el miércoles.