El próximo 2 de febrero se conocerá la sentencia del juicio por el crimen de Lucio Dupuy ocurrido en La Pampa. En el mismo, acusan a la madre del niño, Magdalena Espósito Valenti, y a la pareja de ésta, Abigail Páez. Intentando visibilizar el caso, su abuelo paterno, Ramón Dupuy, contó este domingo detalles escalofriantes de la autopsia del menor que hasta el momento eran desconocidos con profundidad.
“Luisito en la autopsia presentaba un montón de cosas que todavía no se han dado a conocer. Pero Lucio muere por la semejante paliza que le pegaron, estropeándole todo el cuerpo y bueno el suceso final de Luisito fue que una de ellas estuvo parada sobre la espaldita de él hasta que le estallaron los pulmocitos para respirar”, describió el hombre, sobre las últimas horas de su nieto, en declaraciones a Radio Rivadavia.
En este sentido, Ramón contó: “Le cortaron sus genitales, le quebraron su cadera, le quebraron siete costillas, le quebraron una clavícula. Es horrendo lo que le hicieron a Lucio. Para mi ellas (las asesinas de Lucio) están muertas, no existen y por más cadena perpetua que les den. Que le hagan lo que le hagan, a mí a Luisito no me lo devuelve nadie”.
En cuanto al abuso sexual con acceso carnal que sufrió Lucio, el mismo se repitió durante meses por parte de su progenitora y la pareja de la misma, aunque no se descarta que el menor haya sido vendido a terceros para que lo ultrajaran. “A Lucio lo matan por interferir en la pareja y ser varón. Eso es lo que arrojan las pericias psicológicas y psiquíatricas de ambas asesinas”, subrayó el abuelo del niño.
“A ellas también se les confiscaron chats de sus celulares en los que decían que Luisito las molestaba a ellas. Nosotros se lo pedimos más de mil veces. ‘Dejalo que yo lo crío’, le decía y jamás me lo dejó”, aseguró el abuelo, quien, poco a poco, con la pandemia en el medio, comenzó a perder comunicación con su nieto ya que sus tutoras le impedían verlo o comunicarse con él.
Por último, Ramón enfatizó en la “inoperancia” de la jueza que permitió que Lucio fuera a vivir con su madre a la localidad de Santa Rosa, aún teniendo conocimiento de que no eran personas aptas para cuidar a un menor. “A pesar de todas las pruebas que nosotros le presentamos a la Justicia, la jueza Ana Clara Pérez Ballester se lo entregó a la progenitora”, aseveró.
Y detalló: “Teníamos fotos de ellas haciendo orgías estando Luisito presente, vendiendo droga, haciendo fiestas clandestinas en plena pandemia, chats que ella le mandaba a mi hijo insultándolo”. “A nosotros nos dijo: ‘La madre es la madre y no va estar mejor que con la madre’. Al año y tres meses me lo traen muerto”, concluyó el crudo relato, sin consuelo, Ramón.
Ahora sólo resta saber qué dictarán los jueces en torno a este caso que desde un comienzo conmovió a todo el país y que generó la creación de la Ley Lucio. La misma consta en establecer capacitaciones obligatorias para médicos, docentes y los funcionarios del Estado que entren en contacto con niños y adolescentes y así poder notar si los mismos son víctimas de abusos o agresiones.