Apenas dos días después de que un hombre armado mató a 11 personas en una academia de baile de Los Ángeles, otras siete murieron tiroteadas en una zona agrícola cercana a San Francisco, en uno de los episodios de violencia masiva con armas de fuego más sangrientos de las últimas décadas en California, en Estados Unidos.
Las autoridades explicaron que no habían identificado el móvil de ninguno de los ataques, que resultaron especialmente desconcertantes, en parte porque los sospechosos son hombres en edad de jubilación, mucho mayores de lo habitual entre los autores de tiroteos masivos mortales que se han convertido en una triste rutina en el país.
El gobernador de California, Gavin Newsom, dijo que estaba visitando a los heridos en la masacre del sábado por la noche en el suburbio de Monterey Park, en Los Ángeles, cuando fue informado de los asesinatos del lunes en el norte de California. «Tragedia tras tragedia», expresó.
Por lo demás, ambos sucesos parecían tener poco en común. La última matanza se produjo en la localidad costera de Half Moon Bay, donde un hombre abrió fuego contra grupos de trabajadores agrícolas en dos localidades separadas por un kilómetro y medio, dejando un siete fallecidos y un herido grave antes de darse a la fuga.
El supuesto autor de la matanza, identificado como Chunli Zhao, de 67 años, fue detenido poco después tras ser hallado sentado en su vehículo, aparcado frente a una comisaría. Hasta donde las autoridades creen que fue a entregarse. «En su auto fue hallada una pistola semiautomática», según dijo Christina Corpus, alguacil del condado de San Mateo.
La noticia de la masacre en Half Moon Bay surgió mientras la policía trabajaba en su segundo día completo de investigación sobre el tiroteo en el Star Ballroom Dance Studio de Monterey Park. Donde un hombre mató a tiros a 11 personas y dejó heridas a otras nueve. Según las autoridades, el sospechoso, Huu Can Tran, de 72 años, se suicidó de un disparo en la furgoneta de carga en la que huía.